Mucho orgullo, pero poca chispa
El Madrid compite hasta el final. Un triple de Simon sobre la bocina a 38 segundos de la conclusión acabó con la resistencia blanca
Si la eliminación ante el Anadolu Efes hubiera sido en casa y con el Palacio a reventar, la ovación del madridismo hubiera recordado a la vivida en 2016 cuando el equipo de Laso cayó también en cuartos de final ante un equipo turco, el Fenerbahçe. Fue el reconocimiento al orgullo, la fe y la competitividad ante un rival superior. Como el Efes ante el actual Real Madrid. Las fugas, las lesiones y el rival convirtieron la Final Four de Colonia en una meta inalcanzable. La historia dice que ningún equipo con el actual formato de la Euroliga ha remontado un 2-0 y el Madrid no pudo cambiarla, aunque estuvo cerca. El equipo de Laso dio una lección de competitividad en una serie marcada por los problemas físicos y por la barrida de los turcos en los dos primeros partidos. Los blancos fueron capaces de reponerse con dos lecciones monumentales de fe y orgullo para equilibrar la serie. Y en el quinto partido estuvieron muy cerca de colarse entre los cuatro mejores. Llegaron con vida al último minuto, pero un triple de Simon, en el último segundo de la posesión, a falta de 38 segundos para el final obligó a sacar la bandera blanca. El Madrid volvió a mostrarse tan ambicioso como en sus mejores momentos y eso en un año tan complicado tiene mucho mérito. El Anadolu Efes se clasificó porque fue muy superior en los dos primeros capítulos y supo mantenerse firme cuando el Real Madrid amenazaba con su enésima remontada. Los turcos, subcampeones en Vitoria hace dos años, se medirán con su verdugo en aquella final, el CSKA.
Que el Madrid había metido el miedo en el cuerpo del Efes lo revelaba el quinteto de los turcos. Toda la dinamita exterior con Larkin y Micic y cambios en los otros tres componentes. Ataman metió a Anderson y alteró el juego interior. Apostó por la defensa de Dunston, que fue intrascendente, y por Singleton. El ex azulgrana jugó el partido de su vida: 26 puntos, 8 rebotes y 38 de valoración. Las defensas zonales planteadas por Laso no tuvieron el efecto sorpresa de los capítulos
La lección de resiliencia y competitividad del Madrid ante el poderoso Anadolu Efes ha sido admirable
anteriores. Pero hubo más. Alocén lideró la salida, no hubo apenas pérdidas, se dominó el rebote y Thompkins y Tavares demostraron que no viajaron a Estambul sólo para animar.
El Madrid se mostró más sólido durante más tiempo que en las cuatro citas precedentes, pero un atasco en el tercer cuarto volvió a situar el equipo en una situación familiar. Más de diez puntos de desventaja, los turcos confiados... pero la alarma era relativa porque había mucho partido por delante. La enésima resurrección comenzó con un par de triples esquinados de Thompkins y con la presencia de Tavares en defensa. Ahí apareció el Madrid que se sobrepone a casi todo. Laprovittola hizo de Carroll, Rudy hizo de todo, Llull hizo de Llull... y volvió a ponerse por delante (73-75). El Efes respondió con Larkin y con una jugada que acabó con la igualdad. Una buena defensa del Real Madrid se resolvió con un triple complicadísimo de Simon. El croata ajustició a los blancos cuando la bocina de posesión amenazaba. En la temporada más complicada, el Madrid rozó la Final Four, pero en Colonia estarán los turcos.