Vinicius, desorientado
Zidane lo colocó en una posición extraña, de carrilero derecho, y no encontró su sitio
Vinicius volvió a nacer el día que el Liverpool visitó Valdebebas. Su velocidad encontró un sentido y sus disparos, una dirección. Marcó dos goles y pareció que, de repente, a los 20 años, había alcanzado la madurez.Pero el extremo veloz y desbordante acabó convertido en Londres en un carrilero desorientado por las bajas del Real Madrid y por la necesidad de Zidane de contar con la mayor cantidad de futbolistas sanos posibles.
Vini tuvo que reinventarse para jugar en una posición extraña y a banda cambiada. El jugador que desborda por la izquierda en ataque acabó convertido en un lateral derecho que buscaba constantemente su sitio. El Madrid defendía con tres centrales, con Mendy en la banda izquierda y con Vinicius en la derecha. Aunque Aunque en realidad, acababa defendiendo con cuatro, con Militao tapando ese costado derecho porque a Vinicius le costaba guardar la línea con sus compañeros de defensa.
Vinicius hacía un esfuerzo constante por recordar dónde debía colocarse en defensa, siempre desubicado, entre los jugadores del fondo y los centrocampistas, en medio de ningún sitio.
La idea era que los defensas del Chelsea tuvieran alguien de quién preocuparse. Que se miraran en el espejo y se sintieran obligados a ser prudentes. Pero fue Vinicius el que tuvo que preocuparse de Chilwell, el carrilero zurdo del Chelsea.
Ni siquiera tuvo oportunidad para ser «Bicinius», el apelativo con el que la afición del Atlético se burlaba del brasileño por las bicicletas que intentaba en ataque y que no llevaban a ningún sitio. Apenas tuvo posibilidades de hacerse notar en ataque.
Y cuando empezó a hacerlo, cuando comenzaba a ser visible en el campo del Chelsea en el comienzo de la segunda mitad, Zidane decidió sustituirlo. Era la única luz que había encontrado el Madrid para molestar al Chelsea, Chelsea, pero Zidane decidió cambiarlo por Asensio, aunque en realidad fue Valverde el que ocupó ese costado derecho, como había hecho en Liverpool en el partido de vuelta de la eliminatoria anterior.
Valverde protegió mejor la zona y hasta tapó un disparo de Kanté en un contraataque anticipándose al despeje de Courtois, que ya se había lanzado por detrás de él.
El uruguayo fue suplente después de dar negativo, por fin, en las pruebas de detección del coronavirus y Zidane no se atrevió a darle todo el partido. Pero tampoco probó a dar unos minutos a Vinicius por delante de él, sin obligaciones defensivas.
Tampoco se atrevió a dar una oportunidad a Odriozola, un futbolista que no existe para el entrenador del Real Madrid y que sólo ha tenido minutos cuando no le quedaba más remedio que recurrir a él.
Corría el minuto 63 cuando se acabó el partido para Vinicius. Poco más de una hora que la pobre criatura se pasó buscando su sitio. No es la primera vez que Zidane hace un experimento de este tipo. Pero en esta ocasión con peor resultado, Vinicius se marchó sin saber dónde estaba.
Vini hacía un esfuerzo constante por recordar dónde debía situarse en defensa, siempre fuera de sitio