Nadal alecciona a Alcaraz
El balear vence con claridad (6-1 y 6-2) el duelo generacional contra la gran promesa del tenis español en el Mutua Madrid Open. En octavos se enfrentará al australiano Popyrin
Un partido muy simbólico en la segunda ronda del Mutua Madrid Open. Para empezar, el nombre de la pista: Manolo Santana, el gran tenista clásico de España, el pionero. En los palcos de cada jugador, Carlos Moyá y Juan Carlos Ferrero, los dos números uno que tuvo el tenis nacional masculino. Y en la arena, Rafa Nadal, el mejor, la leyenda; y Carlos Alcaraz, la joya con más futuro de la «cantera» española en una jornada de ensueño para él el día que cumplía 18 años, que se convirtió en una lección de madurez, de que tiene que continuar progresando. Así se lo dijo el zurdo en la red en el saludo después de vencerlo: «Mala suerte, un placer y a seguir». «Es muy joven, está haciendo un buen trabajo y lo único que tiene que hacer él es seguir», explicó después Nadal, que fue demasiado para el pupilo de Ferrero Ferrero y ganó 6-1 y 6-2. El balear avanza en el Masters 1.000 de la capital y el murciano se lleva la experiencia. El rival en octavos será el australiano Popyrin, otro tenista casi adolescente, de 21 años, que dio la sorpresa superando a Sinner, todavía más joven que él (19) por 7-6 (7/5) y 6-2.
Y eso que empezó Alcaraz con ganas de dar guerra: en el primer juego de saque de Rafa tuvo una pelota de break resuelta con un punto muy duro en el que el manacorense supo resistir. Pero a partir de ahí el duelo se convirtió en un monólogo del mito con susto para su oponente, ya que mediado el tercer juego Carlos se estiró para intentar devolver un remate en el mejor punto del partido y se hizo daño en la zona del abdomen. Nadal le permitió que llamara al médico en ese momento, todo quedó en nada grave y el choque continuó. No fueron las molestias las que impidieron al prometedor jugador ser el que es. Fue Rafa y las horas en pista en partidos así que han vivido uno y otro en sus carreras. A Alcaraz le pudo la ansiedad y el rey de la tierra afrontó el partido con «respeto y precaución», como admitió después, porque los jóvenes pueden ser imprevisibles. Además, tenía claro el plan: buscar constantemente el revés al murciano y no dejarle que jugara cómodo con el golpe de derecha, con el que domina. Ya Carlos se le hizo de noche, pese a que apenas eran las cuatro de la tarde. Fue acumulando un error tras otro, intentando apurar de más cada vez que se colocaba de «drive». Tiraba fuera o a la red sin remedio. «Me ha podido el ansia de querer acabar los puntos rápido. Ha habido un momento en el que no me acordaba de que tenía a Rafa enfrente y él devuelve una bola y otra. No me ha dejado jugar a un gran nivel, he tenido que ir a remolque todo el rato. Hay que saber manejar el jugar con este tipo de jugadores», explicó después quien ahora es el 120 del mundo. Tampoco sacó bien Carlos y sin primer servicio es más difícil ser agresivo. Nadal le agobió, le atosigó, le jugó profundo, le forzó y cuando pudo le golpeó con varios tiros paralelos ganadores. A Alcaraz se le fundieron los plomos y en este tipo de situaciones es difícil salir del agujero.
La ventaja fue creciendo en favor del ganador de 20 Grand Slams, solidísimo toda la tarde, sin apenas fallos. Ganó cinco juegos seguidos, se llevó el primer set por 6-1 y se puso 3-0 en el segundo, con dos roturas. Quizá porque aquí Nadal se tomó un respiro, quizá porque Alcaraz ya se relajó, por primera vez se vio fluida la derecha que ha hecho que tenistas como Goffin, un finalista de la Copa Masters y habitual «top 10»; o Cilic, campeón del US Open y finalista en Wimbledon y el Open de Australia, hablaran maravillas de él. Consiguió el murciano pegar cómodo y plantado con ese tiro y movió a Rafa de un lado a otro por primera vez. Le recuperó uno de los «breaks», se dio un lujo, sonrió y sacó el puño, aunque la respuesta fue una contra rotura en blanco, por si acaso. Nadal no tuvo piedad, como no podía ser de otra manera. Alcaraz sumó una derrota de ésas que ayudan a aprender y a prosperar. «Yo no tengo que enseñar nada a nadie, él tiene su equipo, está bien acompañado, y si algún día tuviera alguna duda aquí estoy para responderle», dijo Nadal.
Rafa afrontó el duelo con «respeto y precaución» y no dejó que Carlos le dominara con su gran golpe de derecha
A Alcaraz le «pudo el ansia» de querer terminar los puntos demasiado pronto y los errores se le fueron acumulando