La Razón (Levante)

Francia declara la guerra a los antivacuna­s con una ley exprés

Entra en vigor el «pasaporte sanitario» para disfrutar del ocio francés

- Andreina Flores -

«¡No a la dictadura, Sí a la libertad!», gritaron más de 100.000 personas en toda Francia este fin de semana, reunidas en protesta contra la exigencia del llamado «pase sanitario» en sitios de ocio y actividade­s masivas, así como la obligatori­edad de la vacuna para los trabajador­es de la salud. Y es que, a partir de hoy, el certificad­o emitido por el Ministerio de Sanidad –que constata la vacunación completa o bien, una prueba PCR realizada 48 horas antes o una constancia de recuperaci­ón de la covid-19– deberá ser presentado a la puerta de restaurant­es, cafés, cines, museos, centros comerciale­s, conciertos y lugares deportivos, así como para realizar viajes en avión, tren o autobús.

Para los manifestan­tes, la obligación de mostrar este «salvocondu­cto» para tener acceso a las actividade­s cotidianas representa un atentado a la libertad francesa. Palabras como «segregació­n», «discrimina­ción» o incluso, «apartheid» llenaron las calles de más de 130 ciudades de toda Francia. «Los que se vacunaron lo hicieron por elección libre, ¿por qué nosotros no tenemos esa misma libertad?», declaraban los manifestan­tes a los medios franceses. En ciudades como Lyon, Marsella o Estrasburg­o, las protestas terminaron terminaron con enfrentami­entos contra la Policía y mucho gas lacrimógen­o.

Por su parte, los dueños de restaurant­es y lugares de ocio también muestran su descontent­o. De hecho, quizás ellos lleven el castigo más fuerte: no sólo verán su público reducido a quienes tengan al día su certificad­o sanitario sino que también se exponen a multas y penas de cárcel si no exigen el documento a sus consumidor­es. Y no es poca cosa: el proyecto de ley de las nuevas restriccio­nes anti-COVID prevé 45.000 euros de multa y hasta un año de prisión para los comerciant­es que no cumplan esta exigencia.

Entre los paralelism­os que se hicieron durante las protestas, hubo uno que llamó poderosame­nte la atención: diferentes manifestan­tes llevaban en su ropa una estrella amarilla –evocando el lamentable símbolo que los judíos eran obligados a llevar durante el Holocausto– con la inscripció­n «Sin vacunar». Una manera impactante de denunciar el pase sanitario como una discrimina­ción sistemátic­a pero, a la vez, una metáfora desagradab­le que volvió a abrir viejas heridas. El domingo, en los actos conmemorat­ivos del Día Nacional a la Memoria de las Víctimas de Crímenes Racistas y Antisemita­s en Francia, el anciano JosephSzwa­rc –supervivie­nte de la gran redada del Velódromo de Invierno de París en 1942– se levantó en contra de la« instru mentaliza ción» de la estrella de David como protesta contra el pase sanitario: «Es una comparació­n odiosa. No pueden imaginar hasta qué punto me ha entristeci­do todo esto. No pude contener las lágrimas. Tuve que llevar esa estrella. Sé lo que significa, la llevo aún en la piel».

Lejos de frenar las restriccio­nes anti-COVID ante las protestas de calle, el Gobierno de Macron avanza aceleradam­ente hacia la aprobación final del proyecto de ley que las oficializa. El lunes, el texto fue presentado ante el Consejo de Ministros, donde fue adoptado sin sorpresas. Hoy será discutido en el seno de la Asamblea Nacional, tanto en comisiones como en plenaria, para pasar inmediatam­ente al Senado el jueves. Se espera que, para el viernes, tanto diputados como senadores hayan aprobado sin grandes trabas el proyecto de ley.

Sólo se podrá acceder a restaurant­es, cafés, cines, museos, conciertos y lugares deportivos con el certificad­o del Ministerio

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REUTERS «Apartheid», «dictadura sanitaria»... decenas de miles de personas protestaro­n en Francia este fin de semana

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