FEDERICO REHBERGER, UN LEGADO FAMILIAR DE CASI 100 AÑOS DE TRADICIÓN
Sus clínicas acogen gabinetes y quirófanos no solo para la cirugía maxilofacial, sino también para la odontología general, la ortodoncia, la periodoncia, la endodoncia, la implantología y la estética
BajoBajo un apellido que en Oviedo es sinónimo de excelencia, profesionalidad y entrega por la salud de los asturianos, identificamos al doctor Federico Rehberger Bescós, miembro de la cuarta generación de la saga familiar que ha dedicado años a mejorar la calidad de vida de sus pacientes. El doctor estudió medicina en la Universidad de Salamanca, una universidad cargada de historia y tradición. Posteriormente, tras la realización del examen MIR y un breve paso por la Clínica Universidad de Navarra, recaló en el servicio de cirugía maxilofacial del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. «Considero esa época como la más importante de mi carrera a nivel de aprendizaje, era un servicio pequeño para una población muy grande, no tenías más remedio que espabilar y ponerte las pilas porque la demanda laboral lo exigía, tuve unos maestros fantásticos en aquella época», explica Rehberger.
En esos años, como suele ser habitual durante el periodo formativo, asistió a infinidad de cursos, congresos y publicaciones e incluso, le fue concedido el premio Mejor comunicación oral en el congreso nacional de cirugía maxilofacial de Palma de Mallorca. «Posteriormente me incorporé a la clínica Rehberger López Fanjul, una clínica cargada de historia y tradición en el ámbito de la odontología, y añadí mi formación y experiencia para desarrollar el ámbito de la implantología que ya tenía un gran desempeño previo a mi llegada.Además, creé la unidad de cirugía plástica facial con la que ya llevamos cinco años», declara el doctor.
Durante aquella época, compaginó estos periodos con múltiples estancias, aprendiendo de grandes profesionales: Federico Alfaro, Florencio Monje, Fernando Molina, Iván Mañero, Blas García… y ofreciendo su ayuda a la sociedad, como con la campaña de labio y paladar hendido en Chiapas, México y Battambang en Camboya, «donde creamos una clínica en coordinación con la ONG Sauce en la cual monseñor Enrique Figaredo dedica su vida al prójimo».
«Mi seña de identidad es la capacidad y experiencia de llevar a cabo tratamientos complejos que requieren múltiples implantes con inmediatez (exodoncia, implante y carga de prótesis provisional en una sola sesión) bajo sedación consciente, lo que permite al paciente enfrentarse al proceso con una percepción “happy”, como define nuestra anestesista, la doctora Tranche», explica Rehberger.
Tras un año desde su implementación han conseguido duplicar el número de pacientes, realizando hoy en día unas 30-40 sedaciones mensuales. En el ámbito de la cirugía plástica facial, Rehberger dedica «mucho tiempo a explicar los pros y contras que cada proceso quirúrgico tiene, hasta el punto de desaconsejar en muchas ocasiones la ejecución de determinadas cirugías a pacientes que las demandan cuando su balanza riesgo-beneficio no es favorable. Es muy importante generar expectativas realistas y manifestar las ventajas y limitaciones de la técnica individualizadas a cada paciente para obtener clientes satisfechos», explica.
Es un sector claramente en crecimiento que genera muchos puestos de trabajo a nivel nacional. A nivel científico es un sector inquieto, inconformista, en constante crecimiento, lo que obliga a sus profesionales a tener una intensa formación continuada para estar a la altura de las expectativas. Además, aclara Rehberger, «invierto mucho capital en tecnología cuando ésta ha demostrado científicamente su beneficio con respecto a su alternativa clásica, nunca soy el primero, no me gusta “probar” técnicas nuevas salvo que estén súper abaladas por la ciencia», confiesa el doctor.
«Es muy importante generar expectativas realistas y manifestar las ventajas y limitaciones de la técnica individualizada a cada paciente»