Albares emula a Laya y se estrena sin visitar Marruecos
Su primer viaje oficial es a Reino Unido con la situación de Gibraltar como fondo
El nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares, no quiere perder un segundo de su tiempo. Si ayer por la mañana hacía efectiva la remodelación de su cúpula, con la toma de posesión de los nuevos secretarios de Estado y directores generales del Ministerio, horas más tarde viajaba a Londres para reunirse con su homólogo británico, Dominic Raab. Se trata de la primera visita oficial de Albares tras ponerse al frente de la cartera de Exteriores. El viaje a Reino Unido ya estaba en la agenda de su antecesora, Arancha González-Laya, y el nuevo ministro ha decidido seguir con el plan, debido a los importantes intereses en lo que respecta a Gibraltar.
Una visita que, para Albares, es «fundamental», teniendo en cuenta que este mismo martes la Comisión Europea presentó el mandato negociador para el convenio que la Unión debe pactar con Reino Unido en torno a la situación de Gibraltar tras el Brexit. Un plan que parece satisfacer, de momento, a España, pero que no ha sido tan bien recibido por parte del Gobierno de Boris Johnson y las autoridades gibraltareñas. Independientemente de la indudable importancia de las relaciones bilaterales con Reino Unido, es destacable cómo Albares se convierte en el segundo ministro de Exteriores, tras González-Laya, que no elige a Marruecos para su primera visita oficial, como había sido tradición. Con la tensión fronteriza con Marruecos de fondo, aseguró que «ver a un ministro de Exteriores hoy o dentro de un mes no incide en los intereses de España».
El viaje de Albares a Londres coincide con un momento de vital importancia para el futuro de Gibraltar, que aún está pendiente de arreglar su situación, una vez quedó fuera del Acuerdo de Retirada de Reino Unido de la Unión Europea. El pasado diciembre, Madrid y Londres llegaron a un acuerdo temporal que tenía como objetivo acabar con la verja en Gibraltar, para que sólo se establecieran controles en su puerto y aeropuerto, como si el Peñón estuviera dentro del espacio Schengen. Además, en el acuerdo bilateral se especificó que España sería la «responsable última y garante» de la aplicación de Schengen en Gibraltar, pero que durante cuatro años agentes de la agencia europea Frontex colaborarían con las autoridades españolas para crear un marco de confianza.
Precisamente en la intervención de los agentes de Frontex es donde parece surgir el principal punto de desencuentro. En el mandato presentado este martes por la Comisión Europea, se habla de que los guardias de fronteras españoles tendrán «todos los poderes necesarios para llevar a cabo los controles y la vigilancia de las fronteras», sin mencionar a Frontex. Aunque en el comunicado emitido por Bruselas posteriormente sí que precisa que cualquier Estado podrá solicitar la asistencia de Frontex, y que incluso España ya ha manifestado su intención de hacerlo, desde Reino Unido este cambio en los planes no ha sentado nada bien.
Para Londres, el documento de la Comisión «socava la soberanía británica del Peñón» y «entra en conflicto con el acuerdo alcanzado con España» el pasado diciembre. Para el ministerio de Exteriores, «la prioridad de España es alcanzar un acuerdo que asegure la prosperidad compartida de todo el Campo de Gibraltar», por lo que el viaje exprés de José Manuel Albares a Londres parece ser de vital importancia para el futuro de la región.
«La prioridad de España es alcanzar un acuerdo que asegure la prosperidad del Campo de Gibraltar», dice Exteriores