Europa, al borde de sufrir una emergencia fitosanitaria
► Los agricultores alertan a la UE de que debe aplicar de forma inmediata el «tratamiento en frío» para los cítricos que llegan de Sudáfrica
Si el próximo viernes el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (SCoPAFF) de la Unión Europea no respalda la aplicación del tratamiento en frío para las naranjas procedentes de Sudáfrica, en pocos días volverán a entrar por las fronteras europeas cargamentos de cítricos procedentes de aquel país, muchos de ellos portadores de la «Falsa Polilla».
Así lo alertaron ayer desde Intercitrus, la interprofesional citrícola española, que recordó que ya hay buques cargados con naranjas en Sudáfrica que partirán hacia Europa en pocos días.
De retrasarse aún más la medida, dice la interprofesional, la propia Comisión podría incurrir en responsabilidades, ya que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya alertó en un dictamen el pasado verano del alto riesgo de que la plaga pueda instalarse en el territorio de la UE y recomendó, por ello, aplicar este tratamiento.
Intercitrus viene advirtiendo en los últimos meses de que «Europa está a las puertas de sufrir una seria emergencia fitosanitaria». De hecho, recuerdan que la situación generada por la entrada de plagas foráneas es ya, a día de hoy «insostenible».
Desde principios de siglo se han detectado en la citricultura de nuestro país hasta 17 patógenos no presentes en Europa. Insectos y bacterias que –como el «Cotonet de Sudáfrica» o la Xylella fastidiosa, respectivamente- han provocado que el presupuesto público del Gobierno valenciano para combatir estas plagas se haya tenido que triplicar en sólo tres años: de 6,2 millones de euros en 2018 a 18,4 millones en 2021.
Ese incremento de los costes se multiplica varias veces en el caso de los citricultores y los operadores pues no en vano los pocos tratamientos permitidos y sistemas de lucha biológica disponibles son especialmente caros y poco eficientes, lo que dispararía la factura del productor por tal motivo pero también por pérdidas masivas de producción no comercializable e incremento de destríos. La Xylella está obligando a realizar miles de pruebas, a arrancar miles de plantas plantas en Alicante o Mallorca, a financiar un costoso plan de erradicación y sigue amenazando las plantaciones citrícolas próximas; el «Cotonet de Sudáfrica» está descontrolado y ya se ha expandido a otras regiones.
«Todos los saben que, cuando entra una nueva plaga, jamás se erradica en su totalidad», señala la presidenta de Intercitrus, Inmacu