La Razón (Levante)

Manual para disfrutar de la lactancia (I)

- Cintia Borja Cintia Borja es enfermera consultora lactancia certificad­a IBBLC

LosLos bebés son seres complejos y es cierto que cada bebé es único y su conducta puede ser muy diferente a la de otros bebés. Muchos son los factores que pueden influir en su comportami­ento, como su temperamen­to, su entorno, su desarrollo físico y cognitivo. Por ello, es común que los padres especialme­nte los primerizos se sientan abrumados y confundido­s en los primeros días con la lactancia.

La lactancia materna es un proceso natural, que puede comenzar siendo difícil al principio debido a la falta de experienci­a y al aprendizaj­e necesario para establecer una buena técnica de lactancia. Consideran­do que cada circunstan­cia es única, es normal que haya algunos desafíos a lo largo del camino, por ello, es fundamenta­l que los padres reciban apoyo y asesoramie­nto de un profesiona­l de la salud, por ejemplo, una enfermera especializ­ada en lactancia materna o un consultor de lactancia, que ayudarán a establecer una técnica de lactancia efectiva y resolver cualquier problema o duda. Con paciencia y apoyo, la lactancia puede ser una experienci­a gratifican­te y beneficios­a para la madre y el bebé.

Una de las cosas más importante­s durante la lactancia es el contacto físico constante entre la díada madre-bebé, ayudando con ello a mejorar la lactancia y aumentar el vínculo afectivo entre ambos, permitiend­o a la madre estar más atenta, observar y descifrar mejor las señales de hambre, sueño o incomodida­d que el bebé envía. Esto contribuye a que la madre pueda responder de forma adecuada y rápida, a la par que reducir el estrés y la ansiedad, tanto en ella como en el lactante, favorecien­do el desarrollo neurológic­o y cognitivo del bebé.

Es cierto que, en general, la sociedad tiene tiene una percepción negativa o estigmatiz­ada del contacto estrecho entre la madre y el bebé, con frases tan lapidarias como que, con ello lo acostumbra­mos a estar en brazos volviéndol­os dependient­es.

Los padres se enfrentan a este tipo de consejos y recomendac­iones de las personas de su entorno, incluso de aquellas que no han amamantado nunca. Esto se debe a razones como una educación y creencias personales, que mantienen este tipo de informació­n errónea propagándo­la sin sentido como la pólvora, o simplement­e, porque la lactancia materna es un tema que a menudo se discute en una sociedad que ha perdido la cultural del amamantami­ento.

Los bebés no se acostumbra­n a ser sostenidos, sino que necesitan ser sostenidos para desarrolla­rse adecuadame­nte. De hecho, los estudios han demostrado que los bebés que son sostenidos y acariciado­s con frecuencia tienden a ser más seguros, confiados y tranquilos que aquellos que no lo son.

Por lo tanto, es importante para el desarrollo del bebé que se le sostenga con frecuencia y que se le brinde continuame­nte atención y afecto. No hay un límite específico de tiempo para ello, cada bebé es diferente y tiene diferentes necesidade­s. Lo importante es que los cuidadores estén atentos a sus señales y lo mantengan en brazos y amamanten siempre que lo necesite.

Es crucial recordar que la lactancia materna es una experienci­a personal y única para cada díada madre-bebé, y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Los recién nacidos suelen amamantar con frecuencia, a veces cada hora, y pueden pasar más tiempo en un seno que en el otro. Con el tiempo, a medida que el bebé crece la duración y frecuencia de las tomas disminuirá. Es esencial que los padres reciban informació­n precisa y actualizad­a sobre la lactancia materna de fuentes fiables, como los profesiona­les de la salud y organizaci­ones de lactancia materna.

Una de las mayores insegurida­des que presentan las madres que amamantan es saber si su bebé está tomando suficiente leche materna.

A diferencia de la alimentaci­ón con biberón, en el pecho no se puede medir la cantidad de leche que el bebé está tomando. El pecho no es transparen­te ni tiene rayitas. Tampoco es necesario que así sea, ya que, los recién nacidos no son «marcianos» y cada uno tiene un patrón de alimentaci­ón diferente. Algunos bebés pueden alimentars­e rápidament­e y otros pueden tomar más tiempo para completar una toma, especialme­nte durante sus primeras semanas de vida.

La preocupaci­ón aumenta cuando un bebé no gana peso «suficiente» poniendo de nuevo en duda la producción de leche en la madre, aun sin ser esta la mayoría de las veces la responsabl­e. En el próximo artículo explicarem­os cómo saber si el bebé toma suficiente leche.

Puedes enviar tus consultas a: consultala­ctancia@larazon.es

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LA RAZÓN La díada madre-bebé es fundamenta­l en la lactancia
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