Feria Valencia encara su semana decisiva antes de pasar a ser pública
► Casi una década ha costado dirimir el nuevo modelo de negocio de la entidad
CasiCasi una década ha costado refundar Feria Valencia, una institución centenaria fundada en el año 1917 que se convierte en empresa pública de la Generalitat, desde que en el año 2012 se planteara la necesidad de aclarar su naturaleza jurídica y de que en 2015 se acordara cambiar su modelo de gestión.
En todo ese tiempo, la Feria Muestrario Internacional de Valencia ha sido una asociación de utilidad pública y personalidad jurídica propia, y ahora, después de dos legislaturas de trabajo y un largo proceso, pasa a ser una mercantil pública bajo la denominación de Societat Valenciana Fira València SA.
Desde el año pasado se ha acelerado el proceso de transformación. El nuevo consejo de administración de Feria Valencia estará presidido por el conseller de Economía y habrá tres vicepresidencias, en lugar de las dos inicialmente previstas: la primera recaerá en el alcalde de València, la segunda en Eva Blasco (CEV Valencia) y la tercera en Alejandro Bermejo (Cámara de Comercio).
Las vicepresidencias se nombrarán en la reunión del Consejo de administración del jueves 4 de mayo, que también ratificará el proyecto de cesión de activos una vez cumplido el plazo de presentación de alegaciones para elevarlo al pleno del Consell.
El pasado 9 de marzo Feria Valencia aprobó las últimas cuentas de 2022 con un Ebitda negativo de 2,2 millones y unos ingresos de 20,2 millones, 3,6 veces más que en 2021, año afectado por la pandemia. Asimismo, 108 millones de la deuda generada a principios del siglo por la construcción del recinto se han convertido en pérdidas contables.
Este próximo viernes, con la previsible aprobación por el Consell de la cesión de activos y pasivos a la nueva mercantil, Feria Valencia abre una nueva etapa con la consiguiente adquisición en bloque de la totalidad del patrimonio de la institución ferial, por sucesión universal de sus derechos y obligaciones, que comporta la disolución sin liquidación.
El germen de la refundación
De la reestructuración de la Feria comenzó a hablarse en 2012, bajo el mandato del PP en la Comunitat Valenciana, la presidencia del Patronato en manos de Rita Barberá por su condición de alcaldesa y el empresario Alberto Catalá como presidente del comité ejecutivo, con la llegada de Enrique Soto desde desde la secretaría general de la patronal CEV a la dirección general de la entidad.
Tras el cambio de gobierno en la Generalitat con la entrada del Botànic (PSPV y Compromís) y en el Ayuntamiento con Joan Ribó (Compromís) como nuevo alcalde en 2015, en septiembre de ese año se celebró una reunión entre representantes de ambos gobiernos y de Feria Valencia -ya presidida por José Vicente Gonzálezen Gonzálezen la que acordaron separarla en dos entidades, una pública titular del patrimonio y la deuda, y otra de explotación con carácter mercantil.
Se podría considerar este momento como el punto de inicio de lo que después ha sido la reestructuración de la entidad, que ocho años después será de la Generalitat,
El nuevo consejo de administración estará presidido por el conseller de Economía
con su deuda, sus acreedores y la totalidad de la plantilla (110 empleados).
Unos meses después de aquella reunión, el patronato de la Feria acordó la hoja de ruta para la reestructuración de la entidad, que en ese momento tenía una deuda de 519 millones de euros y había acabado 2015 con unas pérdidas de 2,5 millones y una investigación de la Fiscalía en marcha por los sobrecostes de mil millones de euros en las obras de ampliación del recinto, que finalmente fue archivada.