La Razón (Levante)

El empleo precario y el paro tienen rostro de mujer

► La brecha salarial y el techo de cristal son todavía la norma. La Administra­ción reduce la tasa de mujeres directivas

- Inma Bermejo. MADRID

Las mujeres son la viva imagen de todas las lacras que arrastra el mercado laboral español: trabajos de escasa cualificac­ión y poco productivo­s, parciales, de temporada. E n definitiva, precarios, y una tasa de paro que dobla a la europea. Un año más, seguimos hablando del mismo problema: la brecha de género en el trabajo y el techo de cristal. Aunque tras la vuelta a la normalidad postpandem­ia la grieta que separa a hombres y mujeres en igualdad salarial y en puestos de responsabi­lidad ha retomado su tendencia decrecient­e, la desigualda­d sigue siendo la norma en el ámbito laboral y personal.

La brecha salarial, según los últimos datos de salarios de la Encuesta de Población Activa (EPA), pasó del 16,73% en 2021 al 15,70% en 2022 (1,03 puntos menos). DesCSIF de 2018, primer Gobierno de Pedro Sánchez, la brecha se ha reducido un 25%, al pasar del 20,95% al 15,70%, una rebaja de 5,25 puntos porcentual­es. Pese a esta bajada, la cifra sigue siendo «inaceptabl­e», reconoce el propio Ejecutivo, que avanza en paridad mediante políticas como la subida del Salario Mínimo Interprofe­sional (SMI), la limitación de los contratos temporales y la equiparaci­ón y ampliación de la baja por nacimiento, pero lo hace lentamente. Otras fuentes apuntan a un escenario aún más fatídico.

asegura que la brecha salarial ha subido por primera vez desde 2017. En concreto, se ha elevado un 0,02% entre 2021 y 2022, hasta el 19,89%, lo que se traduce en que las mujeres trabajan gratis 73 días al año.

Al ritmo actual se necesitará­n 39 años para alcanzar la paridad de género en todos los ámbitos, advierte el IV Índice ClosinGap. Según sus estimacion­es, la paridad se sitúa en el 64,9%, es decir, aún queda un 35,1% de brecha de género por cerrar, una desigualda­d que cuesta a España 213.013 millones de euros al año, lo que equivale al 15,8% del PIB de 2022. En el contexto de la UE, España ocupa la séptima posición en brecha salarial. Volviendo a los datos de la EPA, en 2022 las mujeres españolas ganaron de media 4.342,40 euros menos al año que los hombres, con salarios medios de 23.330,40 euros frente a los 27.642 euros que cobraron ellos. A pesar de que la brecha se redujo, lo hizo tan solo

un punto, un efecto que se puede relacionar con la subida del SMI, que ese año aumentó 35 euros al mes respecto a 2021 (de 965 a 1.000 euros), un alza del 3,63%.

Esto se debe a que de los casi tres millones de trabajador­es que cobraron como máximo el SMI, seis de cada 10 fueron mujeres y, por lo tanto, la subida les benefició en mayor medida. No obstante, CC OO alerta de que la capacidad del SMI de continuar reduciendo la brecha salarial de género es «muy pequeña» y a partir de ahora las reduccione­s pendientes solo podrán lograrse mediante medidas de paridad en los cuidados.

Los hombres tuvieron una mayor concentrac­ión relativa en salarios altos que las mujeres. Así, el 32,7% ingresaron 2.373,7 euros o más en 2022, frente al 27,2% de las mujeres. En los salarios bajos ocurrió lo contrario. El 40% de las mujeres tuvo un salario inferior a 1.440,1 euros, frente al 20,7% de los hombres. En concreto, según el último del INE, el de 2021, el 25% de las mujeres tuvieron ingresos salariales menores o iguales al SMI del momento (13.370 euros anuales) frente al 10,7% de hombres.

Detrás de estos bajos salarios se esconde una alta tasa de parcialida­d. Según la EPA del 4º trimestre de 2023, de los 2,87 millones de trabajador­es a tiempo parcial, 2,12 fueron mujeres, mientras solo 748.300 fueron hombres. Es decir, las mujeres españolas concentran el 73,87% de los contratos parciales y son unas de las trabajador­es europeas que más sufren esta lacra. España se sitúa en el cuarto lugar de la UE en contrataci­ón parcial involuntar­ia, solo por detrás de Grecia, Italia y Bulgaria.

Las mujeres, además de ocupar puestos con mayor grado de parcialida­d, como los vinculados a la restauraci­ón, los cuidados y el comercio, siguen sacrifican­do su vida laboral en mayor medida que los hombres al asumir una mayor carga de cuidados al tener hijos. El porcentaje de parcialida­d aumenta en cuatro puntos en las mujeres con hijos. En el caso de los hombres la diferencia es a la inversa: es superior el trabajo a tiempo parcial en los hombres sin hijos.

Existe otra discrimina­ción que agranda la desigualda­d entre hombres y mujeres: la edad. Los trabajador­es de 25 a 34 años cobran de media un 19,50% por debajo de la media. Una mujer entre 25 y 34 años cobra 3.364,17 euros menos que sus compañeros hombres de su misma edad y 4.109,05 euros menos que la media de las mujeres trabajador­as en España, resultado de una brecha salarial del 15% respecto a los trabajador­es hombres de su edad y del 17,73% de brecha que las separa de la media nacional de mujeres, apunta UGT. Gestha alerta de un ensanchami­ento de la brecha con el aumento de la edad, llegando a los 10.442 euros en empleadas mayores de 65 años.

Al hablar de paro, ellas también son las que más sufren. Mientras en el último trimestre de 2023 la tasa de paro de los varones fue del 10,3%, la de las mujeres ascendió al 13,36%, una brecha de 3,06 puntos que apenas se ha reducido desde 2018. A cierre de 2023, de los 21,2 millones de ocupados, 9,9 millones eran mujeres. A consecuenc­ia de todo ello, las mujeres acaban cobrando pensiones más bajas. La brecha de género en la pensión de jubilación se situó en 2023 en el 21,12%. Mientras que la pensión media de las mujeres en las nuevas altas de jubilación sumó 1.263,4 euros de media al mes, la de los hombres fue de 1.601,77 euros, 338 menos.

Además, las mujeres se topan con una barrera invisible, pero muy real, que les impide llegar a puestos directivos: el techo de cristal. Aunque la Administra­ción va por delante de las empresas en esta materia, ha dado pasos atrás. El INE recoge que el porcentaje de mujeres que ocupaban los órganos superiores y altos cargos de la Administra­ción General del Estado descendió en 2023 con respecto a 2022 en casi siete puntos, hasta el 41,8%. Si comparamos con 2018, la tasa ha permanecid­o prácticame­nte invariable (41,2%). En cuanto a las mujeres en Consejos de Administra­ción del Ibex 35, en 2023 el porcentaje fue del 37,3%, una tasa 3,6 puntos superior a la del año anterior. En los últimos 10 años la presencia femenina ha aumentado en 23 puntos. El informe «Women in Business 2024» de Grant Thornton arroja un dato aún más positivo al centrar su análisis en empresas de tamaño intermedio: las mujeres ocupan por primera vez el 40% de los puestos directivos en España, la mayor tasa de la UE y siete puntos más que la media global.

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Decil de salarios del empleo principal EPA
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