¡Más Koldo!

EsEs complicado elegir qué escuece más, la verdad, un chorizo conduciendo un Ferrari que has pagado tú o los «tonticos» que montaron el «procés» descojonados porque Sánchez les salva del peso de la Ley. Muy complicado, pero me temo que el sonido del «cavallino rampante» logra seducir a cualquiera, ya sea desde una cálida cala en Portofino o rumiando el mangazo de «Koldo and friends» desde el otro lado del transistor, y lo que tiene que salir del ovillo corrupto, ya se huele la mezcla para untar a las constructor as de carreteras y los contratos millonarios a dedo desde esa pe cera de transparencia que es la Administración. «Nosotros nos encargamos de acabar con la corrupción, que para eso vinimos al mundo», dirán los padres de la nueva política. Pues no parece tan claro, amigos, más cuando Yolanda Díaz se marca el viejo truco de alternar los polos para intentar dar la vuelta al argumento, defendiendo a las pobres profesoras, siempre con la «a» al final claro, que abrieron los colegios ala consulta ilegal sobre el futuro de Cataluña. Las« pro be sitas» terminaron «empuradas» por colabo racionistas nata s cuando la Justicia les metió mano, pero con la amnistía se convierten directamente en «víctimas» de la represión españolista. ¡Qué buena jugada!, que aprovecha la semana del 8M para identificar a las beneficiarias del conchabamiento con los colaboradores necesarios de Junts para hacerlas pasar por corderitos encerrados en el camión del matadero. Para decirlo en términos actuales, el« relato» de la ausencia integral de responsabilidades es tan brutal que a cada hora se rebasa un nuevo nivel para meter bajo el paraguas de los siete votos a todo el que se pueda. Al Gobierno le da igual que el agua sucia de la corrupciónles salpique, mejor que todos hablen del bueno de Koldo y se olviden de la amnistía, porque el dinero sucio huele peor que bajar la cerviz ante el «hombre del maletero» y seguir en Moncloa pase lo que pase. «¡Más madera, más Koldo!».