«Por tus muertos»: a la redención por la vía del rock
Jorge Sanz y José Mota protagonizan una especie de «Spinal Tap» a la española
Hace ya más tiempo del que nos gustaría recordar, la «Spinal Tap» (1984) de Rob Reiner revolucionó dos géneros de un solo guitarrazo: por un lado, llevó a las grandes audiencias el concepto del «mockumentary» o falso documental y, por otro, elevó lo que se podía esperar de una película monográfica cantada a ritmo de ópera rock. Con ese espíritu, al menos inicial y salvando todas las distancias posibles, llega «Por tus muertos», debut en la dirección de Sayago Ayuso y que se mira en el clásico para luego llevárselo a lo cañí.
Protagonizada por José Mota y
Jorge Sanz, además de Marta Belenguer y Carles Francino, la película nos transporta primero a la era de Barón Rojo y Obús para hablarnos de una banda ahora olvidada, una que miró a las otras de tú a tú y que se disolvió en el valhalla rockero. Motivados por las promesas de un extraño mecenas, el grupo decide volver para un último conciery to, lo que hace que la película se convierta sin complejos en «road movie» sobre las viejas glorias.
«Mi personaje es un loco, un desquiciado fabuloso y pasado de rosca», explica Sanz a LA RAZÓN sobre un filme que ha pasado por el Festival de Málaga fuera de competición y en el que da vida al batería del grupo, quizá el único que sigue viviendo sin despertador. Y añade: «Llegué a la película diez días antes de que empezaran a rodar, porque se les cayó otro actor, pero es que me parecía un bomboncito», apunta el intérprete, que confiesa haberse quedado musicalmente en la Movida, aderezando el ritmo con Bruce Springsteen algo de Los Secretos.Bohemio irremediable el personaje, cabe preguntarle a Sanz cuánto hay de él mismo en la película: «De mí se han imaginado todo tipo de cosas, y me parece bien. Ya he dejado de preguntarme el porqué. Llevo cuarenta y pico años currando, tío. He sido el niño bueno, el niño malo, el ligón, el no ligón, el cómico y el que no hacía gracia» completa, antes de reflexionar sobre el estado de la profesión en la que lleva toda la vida: «Mi hijo quiere ser actor. Y tengo que explicarle que esto no es entrar en una serie de moda y petarlo. Esto es estar pico y pala muchísimo tiempo. La pregunta, para cualquiera que quiera ser actor, ya la hizo Michael Caine. “¿Tú cuánto aguantas sin comer?”. Triunfar es tener trabajo siempre, no la fama», se despide sobre un filme irregular que no acaba de decantarse por el humor negro o el absurdo.