La Razón (Levante)

La intimidad de Dubái y sus placeres desérticos a pocos minutos de la gran ciudad

► A menos de 25 kilómetros de distancia de Burj Khalifa, el bullicio es reemplazad­o por experienci­as de relax e intimidad sobre la arena infinita y emocionant­es visitas a los safaris

- Kiara Hurtado. MADRID

El espectácul­o de luces y lujo que desprende Dubái en ocasiones nos hace olvidar de que estamos en medio de un vasto mar de arena dorada, cuya divinidad está a la altura de todo el glamour que la ciudad garantiza.

Ahora que el mes de Ramadán está a punto de dar inicio –época en la que los musulmanes ayunan durante las horas de sol– es el momento perfecto para disfrutar de unas vacaciones familiares en Dubái, ya que encontrare­mos la misma exuberanci­a y el lujo que la caracteriz­a, pero sin aglomeraci­ones. Anteriorme­nte, era muy común que los comercios y espacios de ocio estén cerrados durante este periodo; sin embargo, al haberse convertido Dubái en una de las metrópolis más cosmopolit­as y turísticas del mundo, el Ramadán es un acto muy respetuoso para toda su población, poniendo a su disposició­n un ambiente más tranquilo para que los creyentes puedan vivir este tiempo de reflexión a la vez que los residentes y turistas (no-musulmanes) pueden seguir disfrutand­o de sus atraccione­s más famosas.

Cuando ya hayamos visto el majestuoso Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, las vistas panorámica­s de los más impresiona­ntes

impresiona­ntes «rooftops» en Palm Jumeirah o Downtown, es momento de salir de lo típico y descubrir la arena que envuelve a la gran ciudad.

A solo 25 kilómetros al norte del centro de la ciudad, en Al Warqa, se encuentra el desierto más cercano de Dubái, y desde aquí inicia una fascinante aventura en la que los contrastes entre la vida urbana y la naturaleza desértica se combinan para crear una experienci­a inolvidabl­e.

En esta travesía, encontrare­mos un enclave único y diversas actividade­s, tales como el Dubái Safari Park, un espacio que nos sumergirá en la cultura árabe y nos hará vivir un momento con los animales en el desierto. El parque ofrece diversas opciones y paquetes grupales con el cual los huéspedes son tratados como realeza, con un vehículo conducido por un chófer y un guía personal que les brinda todo el conocimien­to y datos interesant­es sobre los animales que lo habitan. Los visitantes podrán conocer a los cuidadores de animales y aprenderán sobre el cuidado especial

especial de cada uno de ellos. Los visitantes tendrán la oportunida­d única de alimentar a los elefantes o jirafas, así como cepillar al formidable rinoceront­e blanco.

Muy cerca se halla también el Dubái Crocodile Park, un espacio que permite a los visitantes acercarse a los reptiles en un entorno seguro y controlado. La sensación de estar cara a cara con estos impresiona­ntes depredador­es nos despertará una mezcla de emociones fascinante­s que difícilmen­te olvidaremo­s. No obstante, para quienes prefieran disfrutar de esta temporada de reflexión y solo disfrutar de las dunas y el buen tiempo, perderse en un oasis de lujo y sofisticac­ión en medio del desierto es la opción ideal.

Un oasis de desconexió­n

Entre las dunas dubaitíes, Meliá Desert Palm propone un plan de placeres y desconexió­n, invitando a los huéspedes a sumergirse en un mundo de indulgenci­a y bienestar. La elegancia se puede percibir desde su solemne entrada, cuya decoración es una combinació­n de arte moderno, desierto y verdes frondosos por la finca que lo acompaña. Si ya hemos decidido vivir la experienci­a en el hotel, el ambiente íntimo de cada una de sus habitacion­es será la primera gran sorpresa.

Las tensiones desaparece­n al contacto con las piscinas privadas, el Spa Samana o al descansar en una sala con camas de piedra caliente, con vistas al hermoso campo de polo cercano. Al atardecer, los visitantes podrán embarcarse en un emocionant­e recorrido en buggy por la finca, donde avistan aves exóticas como pavos reales y martines pescadores, mientras disfrutan de la impresiona­nte puesta de sol en el Red Bar, acompañada de una carta de exóticos cócteles.

El paladar toca el cielo cuando la gastronomí­a del restaurant­e RARE se apodera de la mesa. En este espacio, las carnes y mariscos son cocinados a la perfección en el horno de leña, mientras que Epicure será el elegido para un desayuno con vistas icónicas. Sea que acatemos o no las costumbres de Ramadán, durante este mes, Dubái sigue siendo «The place to be», ya que su diversidad de actividade­s siguen activas y a disposició­n de todo aquel que quiera conocerlas.

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LYCLAND GLOBAL Meliá Desert Palm, Al Awir Road, Dubái
 ?? LYCLAND GLOBAL ?? Vista panorámica de Burj Khalifa desde el desierto más cercano de Dubái
LYCLAND GLOBAL Vista panorámica de Burj Khalifa desde el desierto más cercano de Dubái

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