La «tecnología» de caza que unió la Península Ibérica hace 8.500 años
► Arqueólogos de la Universidad de Alicante fijan la aparición de este hallazgo del Mesolítico
Un estudio arqueológico de la Universidad de Alicante (UA) ha determinado el momento de la aparición y difusión en la Península Ibérica de una innovadora tecnología de origen geográfico desconocido que permitió a las últimas sociedades cazadoras y recolectoras del Mesolítico adaptarse mejor al cambio climático registrado al final de ese periodo de la Prehistoria.
«Por primera vez hemos desentrañado el momento cronológico en el que aparece una nueva modalidad en la fabricación de pequeñas puntas de proyectil en sílex con forma de trapecio», una revolucionaria tecnología que se extendió hace 8.500 años por la península ibérica, según reveló, en una entrevista con Efe, la coautora de este trabajo, la investigadora Magdalena Gómez-Puche.
Su difusión «fue muy rápida, en un intervalo de menos de 100 años, y se produjo entre grupos humanos geográficamente distanciados».
Gómez-Puche y el investigador Javier Fernández-López de Pablo, ambos del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH) de la UA, han llevado a cabo este estudio que ha sido publicado en la prestigiosa revista Radiocarbon de la Universidad de Cambridge tras un análisis del conjunto de fechas de carbono 14 existentes en yacimientos mesolíticos de la península ibérica (España y Portugal) que presentan este método de diseñar las puntas de proyectil.
«Sin duda uno de los grandes interrogantes en la Prehistoria europea es cómo se difundió este nuevo sistema técnico, que mejoró la eficacia en la caza, ya que irrumpe en casi toda Europa y parte del Magreb. Al ser un fenómeno tan amplio, es muy complejo conocer su origen geográfico y los mecanismos de su difusión» señaló la experta.
Así, se han hallado puntas de proyectil con forma de trapecio en yacimientos de la península que están ubicados muy lejos entre sí, a distancias superiores a los 100, 150 e, incluso, 500 kilómetros: en el interior de la Comunitat Valenciana, en el sur de los Pirineos, en la cornisa cantábrica o en el centro de Portugal, por ejemplo.
Redes sociales
Al ser tan rápida su expansión y producirse en una amplia zona geográfica, existen indicios para sustentar la hipótesis de que los grupos humanos geográficamente distanciados debían estar conectados a través de redes sociales extensas mediante las cuales se intercambiaban los conocimientos y que posibilitaban un flujo de información.
Una vez establecida con este estudio la fecha de la aparición de esta tecnología, se plantea ahora la necesidad de «saber cómo se transmitió tan rápidamente y cómo eran esas redes sociales», señaló la experta, quien recordó que el Mesolítico engloba a los últimos grupos de cazadores-recolectores que desarrollaron su vida antes de la agricultura.
«Por los datos que hemos investigado, sabemos que esta modalidad de fabricar las puntas de los proyectiles no se inventó de manera autóctona en la Península Ibérica, sino que probablemente, según nuestra hipótesis y a la luz de la señal cronológica que hemos concretado, se propagó desde el sur de Francia, posiblemente a través de los pirineos, al resto de la península ibérica».
La relevancia del trabajo de la UA estriba también en que se han integrado todas las distintas zonas de la península estudiadas con anterioridad de forma aislada. «Desde hace más de 20 años se investiga este periodo sobre todo en la zona del valle del Ebro, donde hay mucha riqueza de datos arqueológicos», puntualizó.
Se han encontrado puntas de proyectil iguales que conectan distancias de hasta 500 kilómetros