La Razón (Levante)

La OTAN planea derribar misiles rusos que entren en su territorio

► Un proyectil de Putin sobrevoló el espacio aéreo polaco durante 39 segundos el pasado domingo

- Mirentxu Arroqui. BRUSELAS

La OTAN siempre ha negado estar en un conflicto directo con Rusia, ya que los aliados tan solo se limitan a auxiliar a Ucrania para que pueda defenderse por sí misma de las tropas de Vladimir Putin. Pero a medida que el conflicto se recrudece y se multiplica­n las malas noticias en el campo de batalla, se abren nuevos interrogan­tes. Si el presidente francés, Emmanuel Macron, ha llevado la delantera a la hora de abordar el posible envío tropas a Ucrania, ahora es Polonia el país que plantea poder derribar misil ruso si estos se aproximan a sus fronteras.

El domingo un misil de crucero ruso sobrevoló el espacio aéreo de Polonia durante 39 segundos y esto ha hecho que Varsovia se replantee intervenir, siempre que cuente con el apoyo del resto de los aliados y de la propia Ucrania.

El viceminist­ro de Asuntos Exteriores polaco, Adrezk Szejna, declaró este martes a la emisora nacional RMF24 que ahora mismo se está estudiando esta opción. «Eso solo podría hacerse con el acuerdo de la parte ucraniana y teniendo en cuentas las consecuenc­ias internacio­nales», dijo.

Tras este incidente, el ministro de Exteriores, Radoslaw Sikorski se puso en contacto con el secretario general de la Alianza, Jens Soltenberg, para explicarle lo sucedido y este le recordó el aumento de efectivos de la Alianza en el flanco oriental, incluida Polonia.

Hasta ahora, los países aliados han sido prudentes a la hora de descartar cualquier respuesta que pudiera interpreta­rse como una intervenci­ón directa en el conflicto, lo que ha hecho descartar la entrada de Ucrania en la OTAN o la imposición de una zona de exclusión aérea, tal y como demandaba Kyiv una y otra vez al comienzo de la invasión.

No es la primera vez que se producen incidentes de este tipo que, hasta el momento, no han llegado a más. En diciembre Polonia también informó que un misil aéreo entró en su espacio aéreo durante unos minutos antes de dirigirse a Ucrania. También en diciembre de 2022, otro misil de crucero ruso, dotado para transporta­r cabezas nucleares, cayó en territorio polaco sin que nadie pudiera detectarlo. Fue un paseante el que encontró los restos meses después mientras recorría un bosque cerca de Bydgoszcz.

Hasta ahora, el suceso más grave tuvo lugar en noviembre de 2022, cuando dos personas murieun ron al caer un misil antiaéreo en la localidad polaca de Przewodow, cerca de la frontera ucraniana. Aunque Kyiv aseguró que se trataba de un arma rusa, tanto los aliados como Varsovia aseguraron que era un misil ucraniano lanzado por error para repeler los ataques de Moscú. De esta forma, se evitó una escalada militar de consecuenc­ias imprevisib­les. Hasta ahora, esta ha sido la máxima. Cabeza fría y contención.

Pero puede que en el futuro las cosas cambien si se produce otro incidente de este tipo y el Ejército polaco tiene claro de que el objetivo es entrar en su territorio. El ministro de Defensa, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, ha explicado que se habían activado todos los sistemas antiaéreos y que el misil habría podido ser derribado. Según Szejha, Moscú era consciente de que «si el misil se adentraba más en Polonia, sería derribado. Habría un contraataq­ue».

En las últimas semanas, asistimos a una retórica belicista en la escena internacio­nal. Cuando la contienda se adentra en su tercer año y la ofensiva rusa no ha tenido los efectos deseados, el consenso europeo reside en que el apoyo a Kyiv no puede desfallece­r. Si Putin gana esta guerra y no se le paran los pies ahora, dentro de unos años puede producirse la invasión de otro país en territorio de la Alianza, lo que obligaría a activar la cláusula de defensa mutua del uno para todos y todos para uno. «Puede que la amenaza de guerra no sea inminente, pero no es imposible», aseguró la presidenta del Ejecutivo comunitari­o, Ursula von de Leyen, mientras otros líderes como la primera ministra de Estonia, Kaya Kallas, ha advertido de que «para evitar la tercera guerra mundial, Rusia debe perder».

A pesar de este creciente tono de alerta, la OTAN considera que no existe un peligro a corto plazo de que Rusia invada otros países y de que la amenaza nuclear no se ha incrementa­do en los últimos meses. Este tono de urgencia no es compartido por todos los miembros de la Alianza. Pedro Sánchez, aseguró la semana pasada tras la cumbre europea que «no se puede hablar alegrement­e de terceras guerras mundiales ni trasladar unos mensajes que, evidenteme­nte, preocupan a la ciudadanía», mientras fuentes diplomátic­as aseguran que la expresión «economía de guerra» tan solo contribuye a «distorsion­ar la realidad».

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AFP El presidente polaco visita ayer un parque tecnológic­o en Cracovia

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