La Razón (Levante)

Dolores Delgado se la juega en el Tribunal Supremo

► Tres recursos cuestionan su nombramien­to como fiscal de Memoria Democrátic­a, que la Sala estudiará el próximo día 30

- Ricardo Coarasa. MADRID

TrasTras ejecutar hace unos días el Gobierno la sentencia del Tribunal Supremo (TS) y anular el ascenso de Dolores Delgado a la máxima categoría de la carrera, la de fiscal de Sala, que se produjo con ese nombramien­to como fiscal jefe de lo Militar, la exministra de Justicia ve peligrar también su posterior designació­n como fiscal de Memoria Democrátic­a. Sobre la mesa, el alto tribunal tiene tres recursos contra ese nombramien­to: los de la Asociación de Fiscales (AF) y la Asociación Profesiona­l e Independie­nte de Fiscales (APIF) y el que interpuso otro de los candidatos, el fiscal antidroga Luis Ibáñez. El próximo día 30, los magistrado­s de la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencios­o del Supremo analizarán los tres recursos antes de determinar si hay motivos para anular ese segundo nombramien­to, lo que acarrearía por tanto la pérdida de su condición de fiscal de Sala.

Para la asociación mayoritari­a de la carrera fiscal, el hecho de que se haya anulado su designació­n como fiscal togada acarrea también la nulidad de su nombramien­to como fiscal de Memoria Democrátic­a. Y es que la AF argumenta que, en aplicación de la sentencia del Supremo, cuando fue elegida para el cargo el 13 de junio de 2023 era en realidad fiscal de segunda categoría, careciendo por tanto de la condición de fiscal de Sala (al tener la nulidad de su ascenso carácter retroactiv­o). Dado que en esa segunda ocasión el nombramien­to no llevó aparejado la promoción a fiscal de primera categoría, la asociación mayoritari­a considera que el acto es nulo de pleno derecho.

Además, esgrime que incurre en causa de incompatib­ilidad por estar especializ­ada su pareja, el abogado y exmagistra­do de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, en asuntos de derechos humanos sobre los que–señal ala asociación–deberá indefectib­lemente pronunciar­se Delgado como fiscal de Memoria Democrátic­a.

Asimismo, la asociación que preside Cristina Dexeus incide en otro posible motivo de nulidad del nombramien­to, pues considera que tanto el fiscal general del Estado, Álv aro García Ortiz, co modos delos vocales netos del Consejo Fiscal –la teniente fiscal del Tribunal Supremo, María Ángeles Sánchez Conde, y la fiscal inspectora, María Antonia Sanz– deberían haberse abstenido por su relación de gratitud con Dolores Delgado –que nombró a las dos últimas para sus respectivo­s cargos y a García Ortiz al frente de la Secretaría Técnica, puesto clave de la Fiscalía General–.

La AF también se queja de que la designació­n se llevó a cabo sin el preceptivo informe del Consejo Fiscal, pues siete vocales se negaron a emitirlo ante la negativa del fiscal general a debatir con carácter previo esa posible incompatib­ilidad para el cargo de Delgado por su relación con Garzón.

Por último, sostiene que el acuerdo carece de motivación y se adoptó de forma «arbitraria», haciendo hincapié por otro lado en que fue la propia Dolores Delgado quien, como ministra de Justicia, promovió promovió la creación de la plaza de fiscal de Derechos Humanos a la que finalmente optó un año después de renunciar en julio de 2022 a su cargo de fiscal general por motivos de salud. Además de la exministra y del fiscal Luis Ibáñez, también optaron al puesto el fiscal jefe de Guipúzcoa, Juan Calparsoro, y el fiscal del Tribunal de Cuentas Carlos Castresana.

Fuentes de APIF insisten en que todo el procedimie­nto de elección estuvo marcado por la «arbitrarie­dad». «Se adelantó la celebració­n del Consejo Fiscal nada más convocarse elecciones por el presidente del Gobierno», recuerdan, «no se abstuviero­n ni el fiscal general ni la inspectora, que habían sido favorecido­s por Delgado, y sobre todo el fiscal general rehusó suspender el debate para que se discutiera una causa de incompatib­ilidad que afectaba a Delgado por las actividade­s de Baltas ar G arzón ». Esedebate, añaden esas mismas fuentes, «es competenci­a exclusiva y decisoria del Consejo, pero el fiscal general asumió la competenci­a del órgano por entender que no había incompatib­ilidad».

Fuentes de la Fiscalía General del Estado –que ya vio cómo el Supremo anulaba por «desviación de poder» el nombramien­to de Delgado como fiscal de Sala de lo Militar y, por dos veces, la designació­n de Eduardo Esteban como fiscal de Menores– defienden que esa primera nulidad no afecta a la elección de Delgado como fiscal de Memoria Democrátic­a. Tanto la Abogacía del Estado como la propia Delgado defienden la legalidad del nombramien­to. Respecto a la pretendida causa de incompatib­ilidad por su relación con Garzón, exponen que si se produce ese conflicto de intereses, daría lugar a su abstención. Además, niegan que existiese causa de abstención porque no se acredita su amistad íntima con el fiscal general y las dos miembros natos del Consejo Fiscal. Y en cuanto a la falta de informe, la Abogacía ve «inaceptabl­e» esa interpreta­ción, que equivaldrí­a –se queja– a aceptar un «derecho de veto» de los vocales.

Si el TS tumba la designació­n, Delgado perdería su condición de fiscal de Sala

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EFE Dolores Delgado, en su toma de posesión como fiscal togada en el Tribunal Supremo

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