La Razón (Levante)

Aduanas comerciale­s de Ceuta y Melilla: la espera que no cesa

► Los empresario­s españoles trasladan a Sánchez «su profunda preocupaci­ón»

- A. N. RABAT

A pesar de que el Gobierno de Pedro Sánchez anunció el restableci­miento de la aduana de Melilla y la creación de una de nuevo cuño en Ceuta en la cumbre del 7 de abril en Rabat, dos años después la infraestru­ctura sigue sin ver la luz para desesperac­ión del tejido empresaria­l y civil de las ciudades autónomas.

A finales de 2022, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, aseveraba que al comenzar 2023 las aduanas verían finalmente la luz. Tras varias pruebas piloto definidas como «un éxito» por parte del Ejecutivo, las aduanas seguían bloqueadas por la «dificultad técnica» del proceso. Tras la visita de Sánchez a Rabat el pasado febrero, los empresario­s de Ceuta y Melilla lamentaban «la falta de exigencia» del presidente ante Marruecos.

Los empresario­s se quejan además de que Marruecos incumple el Régimen de viajeros –de pequeñas compras para uso particular y consumo propio– desde la reapertura de las fronteras a mediados de mayo de 2022, clausurada­s desde el 12 de marzo de 2020 por decisión de Rabat ante la detección de los primeros casos de Covid-19. En agosto de 2018 Marruecos había acabado con el contraband­o en la frontera melillense, y había hecho lo propio en la de Ceuta en 2019.

Con la suspensión de facto de la excepción a Schengen que permitía cruzar la frontera sin necesidad de visa do a ciudadanos marroquíes con residencia en Tetuán y de Nador, desde mayo de 2022 sólo pueden transitar las fronteras entre las ciudades autónomas y el país magrebí individuos con permiso para circular en el citado espacio europeo al margen de un pequeño número de trabajador­es transfront­erizos, transfront­erizos, menos de la mitad de quienes contaban con la documentac­ión necesaria antes de la pandemia.

Pero a finales de marzo, las cosas volvían a complicars­e: las autoridade­s marroquíes confirmaro­n el veto a los visados españoles de validez limitada para entrar en ambas ciudades autónomas. La decisión complica aún más el futuro a los trabajador­es transfront­erizos –la inmensa mayoría trabajador­as del hogar–, quienes hasta ahora podían entrar en Ceuta y Melilla con visados de corta duración.

El último colectivo en mostrar su «profunda preocupaci­ón» por la situación ha sido la Federación Española de Transitari­os, Organizaci­ón para la Logística, el Transporte y la Representa­ción Aduanera, que acaba de dirigir una carta a Sánchez en la que expresan su malestar por el bloqueo y se quejan del «fuerte impacto» del cierre fronterizo sobre las empresas del sector.

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