El aborto decidirá la presidencia de EE UU
► Biden y Trump toman posiciones en uno de los asuntos que más dividen a la sociedad norteamericana de cara al 5N. El demócrata defiende el derecho a la interrupción del embarazo y el republicano da la última palabra a los estados
ElEl aborto será uno de los temas clave en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y Donald Trump lo tiene bastante claro. En los últimos días, el candidato republicano afinó su posición, asegurando que deben ser los estados los que decidan. Esa declaración que suaviza un poco su postura, le trajo una lluvia de críticas dentro de su propio partido, aunque el objetivo era tranquilizar a los votantes moderados de cara al 5N.
En las últimas horas, el exmandatario presumió desde su residencia Mar-a-Lago, en Florida, y junto al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, de que en su gobierno «destrozamos Roe vs Wade», el famoso fallo de 1973 sobre derechos reproductivos derogado en 2022 por un Tribunal Supremo de mayoría conservadora que, efectivamente, el hoy candidato facilitó al nombrar a tres jueces conservadores que terminaron inclinando la balanza en contra del histórico fallo.
El expresidente hizo la contundente admisión sobre su papel dominante en los ataques a los derechos al aborto al final de una semana en la que, además, el tribunal supremo de Arizona, de tendencia derechista, dictaminó que una ley de 1864 que imponía una prohibición casi total podía volver a entrar en vigor.
Tal como se viene especulando desde que sucedió la derogación de Roe vs Wade, ahora lo de Arizona se espera que sirva como una llamada de atención para aquellos votantes independientes o poco entusiasmados con la restricción, particularmente mujeres jóvenes, que los demócratas quieren atraer a su favor en las urnas.
El presidente Joe Biden hace su campaña de reelección impulsando este frente tanto como el económico. Incluso ahora los republicanos se han sumado. Esta semana, el fallo de Arizona llevó a los conservadores a tratar de minimizar el daño. Trump repitió su afirmación de que el asunto debería recaer en los estados y que no hay necesidad de una prohibición a nivel nacional.
Por su parte, la vicepresidenta Kamala Harris, se trasladó a Arizona, para defender los derechos reproductivos. Aseguró que Trump es «el culpable» de las res
tricciones y advirtió de que la situación podría empeorar si logra un segundo mandato en noviembre. Harris es la encargada de la Administración Biden para buscar el voto de las mujeres.
La profesora de Ciencia Política de la Universidad del Estado de San Francisco, Amanda Roberti, prevé que el aborto será un tema movilizador el 5-N, porque la tendencia en los últimos años «ha demostrado que las mujeres salen a votar cuando sienten que el Estado se ha inmiscuido demasiado poniendo en peligro sus propias vidas con decisiones extremas».
Para ejemplificar su tesis, Roberti recuerda que en noviembre el derecho al aborto se votará a nivel local en algunos estados, como Ohio, donde inmediatamente después del rechazo de los votantes a una propuesta para hacer más difícil enmendar la constitución estatal, «organizaciones de ambos lados del debate sobre el derecho al aborto se están preparando para su próxima pelea por una medida electoral que, si se aprueba, consagrará el acceso al aborto en el documento fundacional de Ohio».
«Los líderes republicanos aplaudieron ampliamente la decisión del Supremo de 2022, pero desde entonces, han descubierto que ir demasiado lejos con las restricciones al aborto puede ser una responsabilidad política», dice la experta a LA RAZÓN. Todas estas leyes posteriores a nivel estatal que restringen el acceso al aborto galvanizaron a los votantes que apoyan ese derecho. «Las medidas electorales estatales sobre el derecho al aborto desde Dobbs se han pronunciado a favor, incluso en estados rojos como Kansas, Kentucky y Ohio», sentencia.
Lo cierto es que en las últimas semanas y a la luz de las encuestas que indican que este será un tema clave, el aborto ha vuelto a la palestra pública. Según el análisis del centro de políticas públicas KKF, los electores que dicen que el aborto es el tema más importante para su voto están desproporcionada mente compuestos por personas más jóvenes, con inclinaciones demócratas, y desean que el aborto sea legal en todos los casos.
Los expertos aseguran también que esa nueva generación de votantes a favor del aborto componen el 12% de todos los electores para los comicios de noviembre, y que estos están mayoritariamente compuestos por negros, votantes demócratas, votantes mujeres y el bloque de votantes más joven: los de 18 a 29 años.
No es una sorpresa que muchos votantes, especialmente liberales, vean las elecciones de 2024 como una cita de alto riesgo para determinar el futuro del acceso al aborto y los anticonceptivos. La mitad de los votantes dicen que creen que las elecciones para presidente, Congreso y legislaturas estatales tendrán un «impacto importante» en el acceso al aborto, aumentando a dos tercios de los votantes demócratas.
En el caso de los republicanos, consultamos con Roberti si más allá de la posición de Trump las mujeres tienen tienen definida su resolución sobre el tema. En su opinión, «el Partido Republicano sigue profundamente dividido: algunas mujeres van a seguir presionando por una prohibición nacional a las 15 semanas, mientras que para otras, es mejor apoyar una propuesta de prohibición federal del aborto a partir de las seis semanas». Con estos datos se entiende por qué a pesar de ser un tema tan sensible y Trump insiste en ir con cuidado (algunos dicen que con medias tintas).