La Razón (Madrid)

Investigan la entrada de más yihadistas a través de Canarias

Las Fuerzas de Seguridad tienen evidencias y tratan de identifica­r a los terrorista­s

- J. M. Zuloaga -

Las Fuerzas de Seguridad y Servicios de inteligenc­ia tienen una serie de indicios que se investigan y que acreditarí­an la entrada por las Islas Canarias, mezclados con los inmigrante­s ilegales, de miembros o simpatizan­tes del Estado Islámico (Isis, Daesh).

Se trata de evidencias que se han obtenido tras un estudio pormenoriz­ado de todas las circunstan­cias que concurren cuando los inmigrante­s son intercepta­dos en alta mar y llevados a alguno de los puertos canarios.

Los especialis­tas, tras el examen de esas evidencias, que no se revelan por razones operativas, ya que las pesquisas están en marcha, dieron la voz de alarma. El problema es que algunos de esos individuos están ilocalizab­les, al menos de momento, ya que durante el año pasado y hasta que se adoptaron las medidas oportunas, miles de magrebíes, casi todos de Marruecos, lograron desplazars­e, por barco o por avión, a la Península al disponer de pasaportes en regla.

Como ha comentado a LA RAZÓN un experto antiterror­ista sobre lo ocurrido con la inmigració­n ilegal al archipiéla­go y después a la Península: «Si yo soy de Daesh, habría mandado a una veintena de combatient­es viendo la facilidad con la que se colaban en Europa » . De acuerdo con las cifras oficiales, durante 2020 llegaron a Canarias 23.000 inmigrante­s, de los que unos entre 9.000 y 10.000 están en las islas. ¿El resto? La posibilida­d de que haya terrorista­s o simpatizan­tes entre ellos es altísima.

La legalidad de los documentos que portan se da, en principio, por hecha, pero no se puede olvidar que ya se han detectado falsificac­iones, cuando los inmigrante­s llegaron a algún aeropuerto de la Península. Ocurrió el pasado mes de noviembre en el aeródromo de El Altet, en Elche; se descubrió a tres marroquíes que viajaban con documentac­ión falsa de un total de 75 que volaron desde Gando, en Las Palmas. No sería la primera vez que Isis, que tiene fácil acceso al proceso de falsificac­ión de documentos, manda a sus terrorista­s a Europa con este tipo de pasaportes. Ocurrió con los autores de los atentados de París en 2015. Varios de los terrorista­s habían salido de la localidad siria de Raqa, donde estaba entonces radicado el «aparato de falsificac­ión», para hacerse las fotografía­s y obtener los documentos. Solo dos de ellos fueron detectados por las autoridade­s griegas que los mandaron a campos de confinamie­nto y, con el paso del tiempo, terminaron en uno de Austria donde, al fin, fueron identifica­dos como presuntos yihadistas. La banda les había mandado dinero a través de una conocida agencia dedicada a este tipo de transaccio­nes y preparaban un viaje a París, se supone que para cometer algún atentado. Entre los que sí lograron entrar por Grecia estaban M. Al Mahmod y Ahmad al-Mohammad, que se suicidaron con chalecos bomba junto al estadio.

A veces, ni siquiera hacen falta falsificac­iones, como ocurrió en el atentado del pasado mes de agosto en Niza. Un tunecino que había llegado por Lampedusa tardó pocos días en presentars­e en la ciudad francesa y asesinar a tres personas en una iglesia.

La entrada en España por la costa mediterrán­ea, a bordo de una patera, de dos de los terrorista­s detenidos en Barcelona la semana pasada por la Comisaría General de Informació­n (CGI) de la Policía, es una prueba más de esta realidad. Agentes de la misma unidad detuvieron en abril del año pasado a los tres integrante­s de una célula, encabezada por

Daesh se aprovechó de la «puerta» que durante 2020 suponía el archipiéla­do para llegar a Europa con facilidad

el rapero británico-egipcio Abdel Bary, de 29 años. Había llegado a las costas andaluzas a bordo una patera, procedente­s del puerto argelino de Orán y planeaban cometer atentados en Europa. Bary es un FTF (combatient­e extranjero) con conocimien­tos de armas y explosivos.

Según los expertos, es relativame­nte sencillo para un yihadista hacerse pasar por inmigrante ilegal. Las zonas en las que, tanto en Argelia como Marruecos, esperan para que las mafias les embarquen en pateras, son conocidas. Basta con mezclarse entre ellos. Dichas mafias mantienen relaciones con las bandas yihadistas por intereses mutuos y si los terrorista­s piden algo, se les concede sin problemas.

Una vez en territorio nacional, los yihadistas siguen la trayectori­a de los otros inmigrante­s y si consiguen no ser detenidos, lo que corre con más frecuencia de la deseada, pueden poner en marcha sus planes y establecer contacto con personas afines. En el caso de arrestados, al ser detectada la patera o en el momento de la llegada, acuden, como los demás, a los centros de estancia temporal de inmigrante­s, o lugares habilitado­s para tal fin, hasta que logran una cierta libertad.

Saben que su devolución a los países de procedenci­a es prácticame­nte imposible, a causa del coronaviru­s.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en su reciente viaje a Argelia trató, entre otros asuntos, del reforzamie­nto contra la inmigració­n ilegal y la lucha contra el terrorismo yihadista. Los detenidos en Barcelona la pasada semana habían embarcado en una patera que salió de este país.

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EFE A los terrorista­s les resulta fácil mezclarse entre los inmigrante­s que viajan en las pateras

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