Nostalgia de Disney
La NBA, acosada por los casos Covid, extrema las restricciones sanitarias
La tercera ola de la pandemia está pegando duro a la NBA y ni la Liga ni el Sindicato de Jugadores han querido esperar más para reforzar las restricciones sanitarias que eviten la propagación del virus. Con el nuevo protocolo tratan de acercarse lo más posible a la seguridad que tenían en el final de la temporada pasada en la burbuja creada en la sede única de Disney. Ahora cada equipo juega en su cancha y viaja a las del resto, pero se limita mucho la movilidad durante las giras fuera de casa, se reduce el número de visitas que los jugadores pueden recibir y se lucha contra los aerosoles recortando las reuniones en el vestuario y buscando espacios más amplios para las sesiones de masaje y tratamiento.
El martes por la noche se hizo público el documento con las nuevas restricciones, que entraron en vigor de manera inmediata. No había tiempo que perder, porque los aplazamientos de partidos se están multiplicando y no es extraña la imagen de unos banquillos con muchos asientos libres por las bajas de los que están en cuarentena. Los Celtics ya tienen tres choques retrasados por culpa de esta tercera ola y Boston, Miami, Filadelfia, Dallas, Washington y Chicago se encuentran entre los equipos que han tenido pérdidas significativas de jugadores activos debido a pruebas positivas y rastreo de contactos. Por eso la NBA ha querido ponerse seria y acabar con la relajación de algunos en cuanto al seguimiento de las normativas de seguridad sanitaria.
Ya no está permitido que los jugadores y el personal salgan de los hoteles para actividades ajenas al equipo durante los viajes para jugar fuera de casa, y está eliminando visitantes a las habitaciones. Anteriormente, a los jugadores se les permitía tener hasta dos invitados, incluidos aquellos que eran miembros de la familia y amigos personales desde hace tiempo.
«Nadie quiere que se impongan más restricciones. Nadie quiere que la tasa de infección aumente si hay pasos que podamos tomar para mitigar el riesgo», declaró la directora ejecutiva de la NBPA, Michele Roberts. «Los expertos han concluido que estos nuevos procedimientos se sumarán a nuestro arsenal de armas contra el virus. Sería irresponsable e inaceptable no emplear nuevas medidas destinadas a promover y proteger mejor la seguridad de nuestros jugadores», agregó.
Las nuevas medidas no permiten en las próximas dos semanas charlas en los vestuarios de más de diez minutos y con la obligatoriedad de llevar la mascarilla siempre puesta. Si es necesario una reunión más larga se tendrá que hacer en el pabellón, donde hay más espacio para garantizar la distancia interpersonal.
Lo mismo sucede con las sesiones de masaje y fisioterapia, que se deberán realizar en espacios amplios, por eso en lugar de en habitaciones se tendrán que habilitar salones en los hoteles para este fin. Se extrema el uso de la mascarilla en los banquillos, donde los jugadores sólo se la podrán quitar para saltar a la pista y se la deberán colocar nuevamente al ser sustituidos. Se va a crear un espacio llamado «silla de enfriamiento», donde el jugador que viene de pista se podrá quedar allí sin mascarilla hasta que se relaje lo suficiente para poder volver a ponérsela y sentarse en el banquillo. Una de las cosas más curiosas es que se insta a las franquicias a que en los viajes en avión coloque en los asientos más cercanos a aquellos jugadores que también hayan estado sentados al lado en el banquillo.
Y para terminar, se multiplicarán los test para detectar positivos. Una persona que visite de manera regular el domicilio de los jugadores o las instalaciones de los equipos con fines profesionales tendrá que hacerse dos pruebas semanales. En los equipos que haya un positivo, el resto de miembros de la plantilla tendrá que pasar dos PCR diarios durante los cinco días siguientes. No hay otra manera de controlar esta tercera ola.