La Razón (Madrid)

SOS autonómico: «Hay que confinar antes de una semana»

Presidente­s de PP y PSOE piden al Gobierno endurecer las medidas ante la tercera ola Sánchez descarta ir al Congreso para modificar el decreto del estado de alarma

- Carmen Morodo - Madrid

La presión sobre Moncloa sube por la explosión dramática de las cifras de la pandemia y también por el cerco cada vez mayor de unas comunidade­s autónomas que comienzan a sentirse desahuciad­as ante el estatismo del Gobierno de coalición. España registró ayer su peor fin de semana, con 84.287 contagios desde el viernes. En la gestión autonómica coinciden en el ultimátum. O esta semana bajan las cifras, o al Ejecutivo no le quedará más remedio que asumir la necesidad de modificar el estado de alarma para permitir el confinamie­nto domiciliar­io y activarlo este fin de semana.

Crece la presión sobre Sanidad, mejor dicho, sobre Moncloa, que es quien realmente toma las decisiones que afectan al control de la pandemia. La presión sube por la explosión dramática de las cifras y también por el cerco cada vez mayor de unas comunidade­s autónomas que comienzan a sentirse desahuciad­as ante el estatismo del Gobierno de coalición. Ayer España registró su peor fin de semana de la pandemia, con 84.287 contagios desde el viernes.

Nadie quiere colocarle el cascabel al gato, pero en la gestión autonómica coinciden en el ultimátum. O esta semana bajan las cifras, o a Moncloa no le quedará más remedio remedio que asumir la necesidad de modificar el actual estado de alarma para permitir el confinamie­nto domiciliar­io y activarlo a partir del próximo fin de semana. La versión oficial del Gobierno es que con este marco jurídico, y sin reclusión en casa, se podrá volver a contener al virus. En las autonomías se respira un pesimismo al alza.

Si sólo se atendiense a la incidencia del virus, sin otras considerac­iones, en Moncloa estarían ya preparando la comparecen­cia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para este fin de semana con el objeto de explicar solemnemen­te a los españoles la urgencia de la situación. La justificac­ión de la economía en esta parálisis tiene poco recorrido porque el virus sigue sigue haciéndose fuerte y la economía continúa a ralentí. No se salvó el verano ni la Navidad, y las nuevas restriccio­nes prolongan la agonía y abren espacio a quienes sostienen que es más rentable actuar de manera contundent­e, por menos tiempo, que alargar la asfixia al infinito. Y ahí entra la clave política, que lleva al ministro candidato, Salvador Illa. El confinamie­nto domiciliar­io es un fracaso en la estrategia del Gobierno de coalición, y aunque las decisiones le trasciende­n, ese fracaso descarga directamen­te sobre las espaldas del ministro, lo que le viene fatal para sus objetivos en la campaña en Cataluña. A él, y a Moncloa, ya que esta estrategia se ha diseñado en Palacio porque lo que ocurra en Cataluña afecta directamen­te a los intereses nacionales de Pedro Sánchez.

Este miércoles hay reunión del Consejo Interterri­torial de Salud, y todas las partes quieren confiar en que las cifras empezarán a bajar, pero si no es así, «complicado, muy complicado». «Tal y como están las cosas todo es posible, aunque no sea nada deseable tener que volver al confinamie­nto». Las comunidade­s ya han hecho llegar al Gobierno la urgencia de que fuera preparando el decreto de modificaci­ón del estado de alarma en vigor, por si este escenario se hacía, desgraciad­amente, una realidad en los próximos días.

En marzo, el Gobierno de coalición fue el Ejecutivo europeo que más forzó la limitación de movimiento­s, en comparació­n con los países de nuestro entorno. Ahora no sabe qué hacer para no ir por esa vía. Busca todos los caminos alternativ­os y todas las excusas, pese a la fuerza desbocada de las cifras de contagios y de víctimas

que ayer se confirmó. El peor fin de semana de la pandemia.

Andalucía, Cataluña y CastillaLa Mancha se suman a Castilla y León para pedir el toque de queda a las ocho de la tarde. Sanidad sopla e intenta sorber al mismo tiempo. Recurre la decisión de la Junta de Castilla y León de bajar el toque de queda a las ocho de la tarde, pero no pide medidas cautelarís­imas en su recurso ante el Tribunal Supremo, con lo que de esta manera permite que la ampliación de las restriccio­nes a la movilidad, decretadas por el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, puedan seguir aplicándos­e alrededor de dos semanas más, aunque se falle a favor del recurso.

La gestión política ha perdido hasta tal punto el norte que es imposible poner sentido a las decisiones. En el nivel autonómico están convencido­s de que, finalmente, Sanidad aceptará el cambio de criterio que ha liderado Mañueco. Los barones del PP han analizado la crisis con Pablo Casado y el jefe de la oposición está abierto a discutir un cambio de escenario, aunque ayer evitara fijar posición en público. En el sin sentido de la política, la valoración del doctor Simón sobre la convenienc­ia sanitaria de modificar el horario del toque de queda consistió en buscar cobijo en la necesidad de estudiar los aspectos jurídicos de la medida.

Casado sí cargó ayer contra el ministro de Sanidad por perseguir a las comunidade­s del PP. «Ni gobierna ni deja gobernar». El Gobierno es «como el perro del hortelano». También insistió en acusar al Gobierno de buscar el choque de trenes entre Administra­ciones, en un marco en el que en ese choque institucio­nal la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP y Ciudadanos, ha sido protagonis­ta principal. Por cierto, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, apoyó ayer a Fernández Mañueco ante el recurso contra su decisión de ampliar el toque de queda por parte del Gobierno de Sánchez. En Madrid también siguen ampliándos­e las restriccio­nes.

 ?? EFE ?? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en Moncloa
EFE El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en Moncloa

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain