El populismo se queda
Hace tan solo cincuenta años, el juicio político presidencial se consideraba una novedad en Estados Unidos. En ese momento, solo un presidente había sido acusado (Andrew Johnson en 1868) y había sido absuelto. La mayoría de los expertos consideraban que la acusación de un presidente era tan difícil que su uso futuro era poco probable. ¿Qué cambio ha ocurrido desde entonces? Un presidente (Richard Nixon en 1974) renunció ante un probable juicio político y Bill Clinton (1998) y Donald Trump (2019 y 2021) han sido acusados por la Cámara de Representantes. Clinton fue absuelto en el juicio en el Senado en 1999, al igual que Trump en 2020, que ahora enfrenta un segundo proceso. No se conoce una fecha para el inicio del juicio, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aún no ha enviado oficialmente una notificación de la acusación. El juicio de Trump tendrá lugar después de que deje el cargo.
La acusación es un proceso que ocurre en etapas. En la primera, la Cámara de Representantes debe votar uno o más artículos del juicio político. Estos cargos formales identifican qué delito o delitos presuntamente cometió el presidente. La Constitución especifica los motivos para el juicio político como traición, soborno u «otros delitos graves y faltas». Esta tercera categoría de delitos es amplia e incluye violaciones graves de la Constitución o deber constitucional jurado, entre otros. El 13 de enero, la Cámara de Representantes aprobó un artículo de acusación contra Trump. Fue acusado de incitar a la insurrección el 6 de enero, cuando los manifestantes pro Trump irrumpieron violentamente en el Capitolio para interrumpir la certificación formal de los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
El cargo también hace referencia a los «esfuerzos anteriores de Trump para subvertir y obstruir» la certificación de los resultados, así como a su llamada telefónica del 2 de enero al funcionario electoral principal de Georgia alentándolo a «encontrar» suficientes votos para cambiar los resultados electorales electorales del Estado. Además, el artículo lo acusa de amenazar la seguridad nacional, la democracia y la Constitución, y actuar de una manera «manifiestamente incompatible con el autogobierno y el Estado de derecho».
Lo que sigue es el segundo juicio a Trump en el Senado. Una delegación de «gerentes» de la Cámara presentará el caso de la culpabilidad de Trump, mientras que los abogados designados por éste defenderán su caso contra el cargo. Dos tercios de los senadores presentes deben votar para declararlo culpable para condenarlo. Para un presidente en funciones, la destitución es la sanción automática.
Si Trump sale absuelto del «impeachment», se pasará los próximos años buscando venganza contra los republicanos
Para un ex presidente, no hay remoción, pero el Senado tiene la opción de descalificarlo para ocupar cualquier cargo de «honor, confianza o beneficio» en Estados Unidos. Esa sanción, que es lo que realmente busca la Cámara, solo requiere una mayoría de votos. Nadie sabe si el Senado condenará a Trump, pero el líder republicano, el senador Mitch McConnell de Kentucky, dice que está abierto a ver la evidencia. Si McConnell vota para destituir a Trump, es probable que otros republicanos se unan a él. Si lo hacen suficientes, el Senado descalificará a Trump de un cargo futuro. El presidente ya ha dicho que está considerando otra carrera presidencial en 2024. La descalificación pondrá fin a su carrera política y probablemente a gran parte de su influencia política.
Si es absuelto, Trump probablemente pasará los próximos años buscando venganza contra los republicanos que votaron en su contra y buscando una reivindicación en otra carrera por la Casa Blanca.