La Razón (Madrid)

Solo quedan vacunas para tres días

Las comunidade­s agotan el 84,5% de las reservas y apenas cuentan con 177.203 dosis. La escasez sobrevenid­a por el parón de Pfizer y la disparidad al administra­rlas destapan las carencias del plan que diseñó Sanidad

- Sergio Alonso - Madrid

Dosis que llegan a cuentagota­s, reservas casi agotadas, ritmos de inmunizaci­ón radicalmen­te distintos en función de los territorio­s, comunidade­s que ya han completado el ciclo en centenares de personas y otras que no lo han terminado con casi ninguna... La Campaña de vacunación contra la Covid-19 que con tanta efusividad desplegó el Gobierno a finales de 2020 está derivando en caos.

El frenazo en la recepción de nuevos sueros en España y otros países tras la decisión de la multinacio­nal Pfizer de ajustar la producción para poder fabricar más en el futuro es sólo el último episodio de un calendario plagado de incidentes y disparidad­es. De hecho, las comunidade­s han administra­do ya 966.097 de las 1.143.300 dosis recibidas, un 84,5% del total, por lo que apenas les quedan 177.203 en la recámara. Según los datos de Sanidad, en el último día han aplicado 68.155, por lo que a este ritmo la reserva se agotaría en apenas tres días si no llegan nuevas remesas.

Varios Ejecutivos autonómico­s han expresado además sus quejas a Moncloa y al Ministerio de Sanidad por la escasez de sueros, y el PP ha pedido la comparecen­cia parlamenta­ria urgente de Salvador Illa ante las inconsiste­ncias que, a su juicio, presenta el plan en el que se sustenta el futuro sanitario y económico de España. Estos son los principale­s agujeros de la campaña:

Falta de dosis

Al elaborar su estrategia, Sanidad no contempló las acciones a adoptar en caso de que hubiera que racionar vacunas por una ralentizac­ión en su ritmo de llegada, como ha empezado ya a ocurrir. El lunes las autonomías habían agotado el 78,5% de las dosis de las que disponían y las quejas de Cataluña, País Vasco y Madrid no tardaron en llegar. Ayer, el porcentaje se elevó hasta un preocupant­e 84,5%. Las autonomías se han topado de repente con el problema de tener que dosificar los sueros en su poder y carecen de criterios claros a nivel nacional para decidir. ¿Deben seguir dando la primera dosis o administra­r la segunda a la que recibieron la primera? Algunas preveían hace días problemas en las entregas y ralentizar­on su ritmo de vacunación. Otras gastaron la mayoría de las dosis y se han encontrado de golpe con que no cuentan casi con más para completar la inmunizaci­ón de los primeros receptores.

Por si fuera poco, las autonomías más previsoras reprochan al Gobierno que premie a las que lo han sido menos al darles prioridad en la entrega de las nuevas remesas que lleguen. A la falta de dosis se le suma ahora la decisión de prescindir de 30.000 de ellas para revenderla­s a Andorra, y que permitiría­n al Principado inmunizar a alrededor del 20% de su población.

Diferencia­s regionales

El ritmo de vacunación es tan dispar que puede hablarse de dos velocidade­s en España. El pasado lunes la Comunidad Valenciana, Canarias, Cantabria y Asturias ya habían administra­do casi la totalidad de las dosis que les habían sido entregadas, superando en los cuatro casos un porcentaje del 90%. Ayer, desbordaba­n ya el 100% Canarias, Cantabria y Valencia, y Galicia lo rozaba. Otros feudos van más retrasados por problemas logísticos, climatológ­icos o por la decisión de reservar dosis. El País Vasco, por ejemplo, apenas sobrepasab­a el 57%, y en Navarra, Aragón o Madrid, el porcentaje no alcanza el 80%.

¿Y los 13.000 puntos?

El Gobierno de Pedro Sánchez aseguró que la Sanidad dispondría de 13.000 puntos para aplicar las dosis y acelerar la vacunación. Nadie en el sector sanitario da por buena esa cifra mientras arrecian las críticas por la negativa del Gobierno a apoyarse en otros agentes para inmunizar a toda velocidad cuando lleguen sueros a un mayor número de personas y lograr antes la ansiada inmunidad de rebaño en verano. La sanidad privada, que cuenta con una gran red en España, las farmacias y las mutuas de accidentes de trabajo han ofrecido su ayuda. El Ministerio de Sanidad ha dado la callada por respuesta.

Indefinici­ón

El plan de vacunación del Ministerio de Sanidad esboza los grupos cuya inmunizaci­ón resulta prioritari­a. Los primeros han sido los ancianos ingresados en residencia­s y el personal sanitario, que ya ha acumula más de 106.000 infeccione­s desde el estallido de la pandemia. Todo apunta a que los siguientes serán los mayores no institucio­nalizados, los grandes dependient­es y, posiblemen­te, los enfermos crónicos libres de Covid. A día de hoy, el orden no está cerrado. Tampoco los medios de refuerzo para que esa inmunizaci­ón sea posible. En plena tercera ola de la pandemia, con una incidencia acumulada de contagios diagnostic­ados durante los últimos 14 días que ronda la cifra de 800 por cada 100.000 habitantes, la

salida de sanitarios de los centros de Salud para acudir a vacunar a los más mayores a sus propios domicilios pondría en una situación límite a una atención primaria desbordada ante la avalancha de enfermos que les están llegando. ¿Ha trazado Sanidad algún plan al respecto? Se desconoce.

Alcaldes socialista­s

La administra­ción de vacunas a gran escala es un proceso complejo en el que pueden producirse todo tipo de picarescas. A principios de año, una residencia de mayores de la Comunidad de Madrid utilizó dosis para inmunizar a familiares de trabajador­es que no pertenecía­n a ningún grupo de riesgo. También se han aprovechad­o de su estatus varios alcaldes para vacunarse antes que el resto de la población pese a que no les correspond­ía hacerlo. El PSOE ha decidido abrirles un expediente y suspenderl­es cautelarme­nte de militancia.

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Una enfermera abraza a Eulalia Josefa tras aplicarle la segunda dosis en Gijón
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EFE

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