Brote alarmante en una residencia
Desde el 7 de enero, se han contagiado 65 personas: 11 han muerto y cuatro permanecen ingresadas
Hace tres semanas, los datos hicieron saltar todas las alarmas: la incidencia acumulada de contagios por Covid-19 en una población de menos de 6.000 personas sobrepasaba ya los 500 casos por cada 100.000 habitantes. Los peores presagios parecían empezar a cumplirse con la resaca de unas Navidades extrañas, aunque tal vez no lo suficiente.
El 8 de enero, la directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Elena Andradas, comunicaba en una rueda de prensa para actualizar la información epidemiológica y asistencial en la región tras las fiestas que el municipio de Becerril de la Sierra se cerraría perimetralmente como medida preventiva. Tres semanas después, las líneas invisibles que limitan este pueblo siguen boqueando las entradas y salidas ante unos datos cada vez más preocupantes, pues en los últimos 14 días, se han registrado en el municipio 121 contagios y la incidencia acumulada asciende ya a los 2.117 casos por cada 100.000 habitantes.
Precisamente, un día antes de que directora general de Salud Pública anunciara el cierre de Becerril de la Sierra, la residencia privada de ancianos Vigor, en la localidad, detectó dos positivos por coronavirus entre su plantilla. Era el principio de un brote que ahora despierta la preocupación del viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19, Antonio Zapatero. Y es que, desde entonces, ha informado, hasta 65 personas se han contagiado en este centro, o lo que es lo mismo, sus 48 residentes y 17 trabajadores, y lo que es más dramático, en este tiempo, ya han muerto 11 ancianos a causa de la enfermedad. Según detalló ayer en rueda de prensa el viceconsejero, cinco de los fallecimientos se produjeron en la propia residencia y el resto en hospitales: uno en la Fundación Jiménez Díaz y cinco en el Hospital de Villalba, donde permanecen ingresadas cuatro personas, dos de ellas en estado crítico.
Los primeros indicios de la investigación que está desarrollando Salud Pública –se han enviado tres muestras de PCR positivas a la Fundación Jiménez Díaz– apuntan a que este brote podría responder a la variante británica, una cepa considerada más contagiosa que la común descubierta en diciembre y que podría estar detrás del repunte de casos en Madrid en las últimas semanas.
Un hecho que, de confirmarse, no hace sino reforzar la necesidad de extremar las precauciones y medidas de seguridad durante esta tercera ola de la pandemia, también y especialmente en las residencias de ancianos, donde ha llegado la vacunación, pero no la inmunidad. De hecho, y tal y como aseguró también ayer el consejero de Políticas Sociales, Javier Luengo, en la residencia Vigor de Becerril de la Sierra ya se había suministrado la primera dosis de la vacuna y esperaban la segunda.
Además del área de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, la Unidad de Atención de Residencias y el servicio de Geriatría del Hospital de Villalba también están haciendo seguimiento de este preocupante brote para tratar de controlar su propagación y su virulencia y guiar la adopción de las medidas que sean necesarias para que todas las muertes que haya que lamentar sean las 11 que ya se han contabilizado.