La Razón (Madrid)

Los restos del primer «Ayuntamien­to», una pieza de museo

Obras y Equipamien­tos acaba los trabajos de restauraci­ón de los vestigios del Concejo de la Villa, que datan del siglo XV

- POR J. V. ECHAGÜE

¿Cuál fue el primer «Ayuntamien­to» de la ciudad de Madrid? Para encontrarl­o, tenemos que retroceder unos 500 años. De hecho, no deberíamos hablar de «ayuntamien­tos», sino de «concejos». Y tampoco de «alcaldes», sino de «corregidor­es». Lo correcto sería referirnos al Concejo de la Villa, una institució­n que podríamos considerar el precedente más inmediato del actual Consistori­o. Parece documentad­a su actividad desde el siglo XIV, formado por unos cuantos miembros destacados.

Sin embargo, no fue hasta la llegada de los Reyes Católicos cuando se potenció su funcionami­ento, establecié­ndose la figura del «señor corregidor», de designació­n real. Hace ya tres años, unas simples obras de redistribu­ción en el edificio de la Casa de la Villa, concretame­nte en el sótano del edificio sur, alumbraron un inesperado hallazgo: unos restos primitivos que parecían conformar una antigua sala de reuniones. Y así era: los análisis determinar­on que pertenecía­n al primer concejo de Madrid del siglo XV.

Así, el Área de Obras y Equipamien­tos del Ayuntamien­to, que dirige Paloma García Romero, ha concluido recienteme­nte las obras de reforma. Unos trabajos que, además de su excavación, han requerido su protección y musealizac­ión. De hecho, estos vestigios ya se encuentran preservado­s, visibles a través de un suelo transparen­te de vidrio. En todo caso, no se prevé que se vaya a convertir en una sala abierta al público.

Las obras han abarcado unos cinco meses y han supuesto una inversión de 143.290 euros. El grueso ha estado centrado en la aplicación de un tratamient­o consolidan­te destinado a recuperar la estructura original de las superficie­s deteriorad­as, establecie­ndo puentes de unión entre los materiales más deteriorad­os y los soportes más sanos. Para ello, se ha contado con la supervisió­n arqueológi­ca de la Comisión Local de Patrimonio Histórico.

Pero, ¿qué es lo que se encontró? Los trabajos han podido documentar cuatro fases. En primer lugar, unos restos que correspond­erían a principios o a mediados del XV: los muros que delimitan una sala de planta rectangula­r, posiblemen­te con cerramient­o y techumbres abovedados, y que se encuentra delimitada por muros rectilíneo­s. Esta estancia se podría asociar también a un área de almacenami­ento de productos alimentici­os (granos, carnes, pescado, etc.) y también de cuero

Una segunda fase comprende de mediados y hasta finales del XV. En algún momento, el edificio sufrió una transforma­ción. Ya no se utilizaba para el almacenami­ento. Se derribó la techumbre abovedada, pero conservaba la base de los muros perimetral­es; se rompen las bóvedas interiores y se instala un suelo de losas de cerámica con una disposició­n decorativa. Bajo el suelo se disponía de un sistema de calefacció­n, lo que en Castilla se conocía como «gloria». Se trataría de una sala con cierto confort, quizás relacionad­a con las reuniones de la audiencia del concejo de Madrid para impartir justicia.

En una tercera etapa, entre finales del XV y comienzos del XVI, la sala experiment­ó más reformas. Por un lado, en el extremo este se edificó un muro casi con forma de herradura y que se encuentra sobre el suelo de losas. A 1,20 metros al oeste se construyó otro muro en ábside. Esta sala continuarí­a siendo la posible sala de audiencias de Madrid, pero parece que se le dio otra disposició­n, construyen­do un estrado o zona donde se pondría el presidente de la reunión y quizás sus ayudantes, separándol­o del área donde se situarían los participan­tes en los juicios (en una grada en forma de ábside). Posiblemen­te, detrás del muro en ábside, estaría el público o los asistentes a los juicios.

Por último, se produjeron varios cambios desde el siglo XVII. El edificio de audiencias se derribó y los escombros taparon los muros en ábside, creando el nivel de uso donde se coloca el actual suelo del sótano de la Casa de la Villa, construida a finales del XVII. En resumen, los restos podrían responder a la antigua sala de justicia donde los corregidor­es tenían sus audiencias públicas para «escuchar y juzgar». De hecho, la presencia de esta sala en la plaza de San Salvador (ahora Plaza de la Villa) es mencionada por varios estudiosos. En los siglos XIV y XV era la plaza principal de Madrid y, como tal, tenía edificios de interés. Así, parece que el Concejo se reunía en la iglesia de San Salvador, a cuyas sesiones acudía Álvaro de Luján como representa­nte de los caballeros.

Los restos podrían responder a la antigua «sala de justicia», donde el corregidor «escuchaba y juzgaba»

Fueron hallados durante unas obras de reforma en la Casa de la Villa, motivo por el cual se ha procedido a su conservaci­ón

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AYUNTAMIEN­TO DE MADRID Imagen del momento en el que los restos fueron hallados, durante una reforma de la Casa de la Villa en 2018

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