LAS ENERGÍAS RENOVABLES GRAN OPORTUNIDAD EN TIEMPOS DE COVID
LosLos Gobiernos de los distintos países están desarrollando políticas para proteger a las personas, a los sectores industriales y a las empresas de las consecuencias de la pandemia desatada por el COVID -19. La primera y gran prioridad es la salud física de todos los ciudadanos, si bien, no puede, en absoluto, descuidarse la salud económica. Con este objetivo, la Unión Europea está impulsando una serie de estrategias político-económicas que deben ayudar a superar esta crisis de manera eficaz y eficiente. Los Fondos “Next Generation EU”, y por extensión, el Plan de Recuperación y Resiliencia “España Puede” que se lanzarán durante 2021 son herramientas clave para mitigar las graves consecuencias económicas. Se estima que un 40% de los mismos estarán destinados a incentivar una transición energética verde, inclusiva, sostenible, y cohesionada.
El sector energético, en general, y las energías renovables, en particular, tienen una posición de vanguardia para liderar esta recuperación al acceder a estos Fondos y gracias a sus propias dinámicas competitivas de mercado. La Pandemia está empujando forzosamente a los Estados y al sector privado a tener más ambición en sus objetivos de neutralidad de carbono y a fomentar un mundo más verde y sostenible, tanto para los ecosistemas que conforman el planeta como para las condiciones de vida diarias de las personas. Existe un consenso global, reflejado en diversas encuestas y estudios de consultoría, que muestran que las ambiciones de lucha contra el cambio climático y fomento de las energías verdes en absoluto se han frenado por causa del COVID -19. Mas bien, al contrario, esta ambición ha aumentado.
Fondos y regulación
La llegada de este año nuevo 2021 trae para todos los agentes involucrados en el desarrollo, promoción, gestión y explotación de energías renovables una prioridad muy clara: el sector debe asumir un rol protagonista para, desde una ambición climática cada vez más decidida, superar la Pandemia. Los gobiernos deben apoyar al sector a través de la puesta en marcha de mecanismos regulatorios claros, robustos, sencillos y eficientes que permitan acelerar las inversiones y el desarrollo tecnológico de las energías renovables, sin duda, las más innovadoras. A este respecto merece la pena destacar la batería de propuestas regulatorias lanzadas por el Gobierno en los últimos meses que van en esta dirección: las subastas de renovables que se lanzan a partir del 26 de enero, el nuevo Real Decreto de Acceso y Conexión a la Red de Transporte, las distintas hojas de ruta para el almacenamiento y la descarbonización, las diversas manifestaciones de interés para aplicar a fondos europeos en proyectos relativos a hidrógeno, movilidad, etc. Todas estas iniciativas son instrumentos útiles que confirman la importancia de la energía. En unas circunstancias muy complejas, el sector está llamado, más que nunca, a crecer, a innovar y a progresar. Una ambición que debe venir, ya no solo del entorno de la empresa, sino también desde la Administración a la hora de determinar un entorno de mercado sensato y estable, y de buscar mecanismos que fomenten la colaboración público-privada.
Un sector clave de la economía
En consecuencia, cabe esperar un enorme desarrollo de las energías renovables este 2021. Se prevé que siga a buen ritmo la construcción de parques eólicos y solares (el Plan Nacional de Energia y Clima establece, respectivamente, 2000 y 4000 nuevos megavatios a conectarse durante el Año 2021). También se espera un avance grande en el mercado de contratos de suministro de energía verde a largo plazo (PPAs corporativos) que permitan que los diferentes tipos de consumidores de energía se beneficien de la aceleración de la transición energética, y al albur de las nuevas subastas. Nuevas tendencias como creación de microrredes de comunidades de consumidores y productores, proyectos de generación de hidrógeno a partir de tecnologías renovables y de valorización de metano y otros gases renovables continuarán tomando forma. Todo ello dará prueba de la gran fortaleza del sector y su enorme resiliencia y potencia tractora, ya no solo en su capacidad de inversión, sino en su capacidad de generar empleo. Todo lo anterior generará sin duda mayor demanda de profesionales especializados en disciplinas de diseño, construcción, explotación, control, mantenimiento y gestión de instalaciones renovables, respecto a las previsiones hechas antes de la Pandemia.
En tiempos de Covid, el planeta a escala global ha registrado una reducción de emisiones muy grande, nunca vista desde la crisis de 2008. La superación de esa primera crisis no tuvo en cuenta de manera rotunda los criterios de sostenibilidad medioambiental y no supuso una revolución verde. Hoy, en los inicios de la salida de la crisis del COVID-19, las estrategias de recuperación pasan por hacer algo radicalmente diferente: capitalizar sobre la lucha contra el cambio climático y la reducción de emisiones de CO2, para que el COVID-19, al menos, nos devuelva un planeta mejor. Las energías renovables son, forzosamente, pieza clave de esta recuperación, ya que fomentan una sociedad más concienciada con el medioambiente, más verde y por tanto más neutra en carbono y más sostenible. Todo ello supone, a pesar de la incertidumbre actual, una noticia esperanzadora. Y es, al mismo tiempo, un enorme reto para un sector experto en renovarse y en afrontar desafíos con enorme rigor, determinación y éxito. www. engie.es