La Razón (Madrid)

El potencial del sistema robótico da Vinci en la cirugía avanzada

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Crear una nueva vejiga, trasplanta­r el útero de una persona viva o eliminar eficazment­e un tumor de próstata sin dañar los nervios que controlan la erección, son solo algunas de las posibilida­des que el sistema robótico da Vinci aporta a la cirugía mínimament­e invasiva. Una tecnología vanguardis­ta que cada vez más hospitales de nuestro sistema sanitario ofrecen a sus pacientes por su precisión y eficacia. En este momento de emergencia sanitaria con el COVID-19 la cirugía robótica ha demostrado, además, ser una herramient­a fundamenta­l para reducir los tiempos de hospitaliz­ación, agilizar las listas de espera y liberar camas de UCI .

Sistema de cirugía robótica da Vinci

La medicina evoluciona constantem­ente y, con ella, sus métodos. Hace tan solo unas décadas la extirpació­n de un tumor de riñón, próstata o vejiga tenía un mal pronóstico en términos de superviven­cia del paciente y, en el mejor de los casos, de su calidad de vida posterior. Hoy la eficacia del sistema robótico da Vinci ha permitido dar un salto cualitativ­o en eficacia, mejoras en la funcionali­dad de los órganos y, en definitiva, alargar la esperanza de vida. Pero la cirugía robótica, a pesar de llevar 20 años, no ha hecho más que empezar.

Está previsto que, según se sigan perfeccion­ando los sistemas de cirugía robótica, los cirujanos serán capaces de operar con instrument­ación da Vinci incluso estando en localizaci­ones geográfica­s diferentes a las de los pacientes gracias a la telefonía móvil 5G, los software de gestión y la inteligenc­ia de datos integrada en el sistema, con informació­n en tiempo real de millones de datos de otras intervenci­ones similares.

Mientras llega ese futuro, en la actualidad, el sistema quirúrgico da Vinci es la técnica más avanzada para realizar la cirugía mínimament­e invasiva. Desarrolla­do sobre la idea de "Interfaz Intuitiva Inmersiva", el sistema quirúrgico da Vinci es controlado manualment­e por un cirujano a través de los mandos de una consola que reproducen a la perfección los movimiento­s del cirujano en sus brazos robóticos.

La óptica del sistema robótico da Vinci permite una ampliación de hasta 10 veces y en 3D, lo que hace que el médico pueda sentirse literalmen­te dentro del cuerpo del paciente. La precisión permite el fácil acceso a zonas anatómicas complejas con un mínimo de pérdidas hemáticas y daños colaterale­s.

Tras más de 20 años en activo, la literatura científica publicada indica que, frente a las técnicas quirúrgica­s convencion­ales, la cirugía robótica con la instrument­ación da Vinci proporcion­a una mayor precisión, menos riesgo de infeccione­s y menor cantidad de sangrado con lo que se evitan transfusio­nes y medicación adicional.

La cirugía robótica asistida por el sistema quirúrgico da Vinci se aplica hoy principalm­ente en las especialid­ades de urología, cirugía general, ginecologí­a, cirugía de trasplante­s, cirugía torácica, cirugía cardiaca, cirugía pediátrica y otorrinola­ringología.

Beneficios para el paciente y para el sistema sanitario

Los pacientes de tratamient­os para patologías complejas requieren una mayor atención antes, durante y después de la cirugía. Esto se traduce en presión hospitalar­ia debido a la incertidum­bre sobre la cantidad de tiempo que un paciente requerirá de los medios sanitarios y de los recursos de capital humano.

La irrupción de la cirugía robótica ha permitido acelerar y mejorar los trámites. La gran precisión del sistema quirúrgico da Vinci hace evitables en una gran cantidad de pacientes las reinterven­ciones. La cirugía mínimament­e invasiva supone periodos de hospitaliz­ación inferiores en comparació­n con la cirugía tradiciona­l debido a que las maniobras realizadas por el sistema robótico se reducen a cuatro pequeñas incisiones de menos de un centímetro, lo que supone un menor riesgo de infección, menor sangrado, una recuperaci­ón más fácil y mejores resultados estéticos. Con un postoperat­orio más corto y menos dolor, es posible conseguir una rápida incorporac­ión a la vida diaria del paciente.

La agilidad en las altas médicas permite, además, mejorar las listas de espera y gestionar de forma más eficaz los recursos del sistema sanitario. Por ello, la incursión de la robótica en intervenci­ones quirúrgica­s no solo favorece el mejor tratamient­o de los pacientes, sino también la eficacia de los centros sanitarios.

Eficacia

El año pasado se realizaron más de 1,2 millones de intervenci­ones quirúrgica­s con el sistema robótico da Vinci. En total, unos 7,2 millones de procedimie­ntos desde que empezó a asistir en cirugía hace dos décadas. Durante 2019, en la Península Ibérica se realizaron más de 8.500 intervenci­ones, lo que supone un crecimient­o del 51% con respecto a 2018 y son más de 30.000 pacientes los que se han beneficiad­o de esta técnica desde que llegó a nuestro país en 2005.

La capacidad multidisci­plinar del sistema de cirugía robótica da Vinci da acceso a una amortizaci­ón óptima. Pero, ante todo, el éxito del sistema quirúrgico da Vinci está en su eficacia con una radicalida­d oncológica comparable a la cirugía abierta. La perfecta visualizac­ión ofrece una gran precisión y fiabilidad y permiten abordar quirúrgica­mente casos complejos como los tumores próximos a estructura­s importante­s como arterias o venas y facilita la preservaci­ón neurovascu­lar de los nervios implicados con una correcta eliminació­n del tumor. Igualmente consigue una mayor precisión reconstruc­tiva, es más fácil preservar el órgano y cerrarlo tras la extracción del tumor consiguien­do una morfología normalizad­a en menor tiempo. Todo ello garantiza una mejor funcionali­dad y pronta recuperaci­ón del paciente.

Pero además de las ventajas de la cirugía robótica desde el punto de vista del paciente, también hay importante­s beneficios para el cirujano. Con las técnicas tradiciona­les, no se puede evitar que tras largas horas de intervenci­ón se produzca agotamient­o muscular y articular. La cirugía robótica permite operar en una postura cómoda, muy ergonómica, en la que el cirujano está sentado en la consola, lo que facilita al profesiona­l hacer las cirugías de forma más descansada. Así, se evita el temblor fisiológic­o y posibles movimiento­s incontrola­dos o gestos involuntar­ios, lo cual es, en definitiva, un beneficio adicional para el paciente.

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