El potencial del sistema robótico da Vinci en la cirugía avanzada
Crear una nueva vejiga, trasplantar el útero de una persona viva o eliminar eficazmente un tumor de próstata sin dañar los nervios que controlan la erección, son solo algunas de las posibilidades que el sistema robótico da Vinci aporta a la cirugía mínimamente invasiva. Una tecnología vanguardista que cada vez más hospitales de nuestro sistema sanitario ofrecen a sus pacientes por su precisión y eficacia. En este momento de emergencia sanitaria con el COVID-19 la cirugía robótica ha demostrado, además, ser una herramienta fundamental para reducir los tiempos de hospitalización, agilizar las listas de espera y liberar camas de UCI .
Sistema de cirugía robótica da Vinci
La medicina evoluciona constantemente y, con ella, sus métodos. Hace tan solo unas décadas la extirpación de un tumor de riñón, próstata o vejiga tenía un mal pronóstico en términos de supervivencia del paciente y, en el mejor de los casos, de su calidad de vida posterior. Hoy la eficacia del sistema robótico da Vinci ha permitido dar un salto cualitativo en eficacia, mejoras en la funcionalidad de los órganos y, en definitiva, alargar la esperanza de vida. Pero la cirugía robótica, a pesar de llevar 20 años, no ha hecho más que empezar.
Está previsto que, según se sigan perfeccionando los sistemas de cirugía robótica, los cirujanos serán capaces de operar con instrumentación da Vinci incluso estando en localizaciones geográficas diferentes a las de los pacientes gracias a la telefonía móvil 5G, los software de gestión y la inteligencia de datos integrada en el sistema, con información en tiempo real de millones de datos de otras intervenciones similares.
Mientras llega ese futuro, en la actualidad, el sistema quirúrgico da Vinci es la técnica más avanzada para realizar la cirugía mínimamente invasiva. Desarrollado sobre la idea de "Interfaz Intuitiva Inmersiva", el sistema quirúrgico da Vinci es controlado manualmente por un cirujano a través de los mandos de una consola que reproducen a la perfección los movimientos del cirujano en sus brazos robóticos.
La óptica del sistema robótico da Vinci permite una ampliación de hasta 10 veces y en 3D, lo que hace que el médico pueda sentirse literalmente dentro del cuerpo del paciente. La precisión permite el fácil acceso a zonas anatómicas complejas con un mínimo de pérdidas hemáticas y daños colaterales.
Tras más de 20 años en activo, la literatura científica publicada indica que, frente a las técnicas quirúrgicas convencionales, la cirugía robótica con la instrumentación da Vinci proporciona una mayor precisión, menos riesgo de infecciones y menor cantidad de sangrado con lo que se evitan transfusiones y medicación adicional.
La cirugía robótica asistida por el sistema quirúrgico da Vinci se aplica hoy principalmente en las especialidades de urología, cirugía general, ginecología, cirugía de trasplantes, cirugía torácica, cirugía cardiaca, cirugía pediátrica y otorrinolaringología.
Beneficios para el paciente y para el sistema sanitario
Los pacientes de tratamientos para patologías complejas requieren una mayor atención antes, durante y después de la cirugía. Esto se traduce en presión hospitalaria debido a la incertidumbre sobre la cantidad de tiempo que un paciente requerirá de los medios sanitarios y de los recursos de capital humano.
La irrupción de la cirugía robótica ha permitido acelerar y mejorar los trámites. La gran precisión del sistema quirúrgico da Vinci hace evitables en una gran cantidad de pacientes las reintervenciones. La cirugía mínimamente invasiva supone periodos de hospitalización inferiores en comparación con la cirugía tradicional debido a que las maniobras realizadas por el sistema robótico se reducen a cuatro pequeñas incisiones de menos de un centímetro, lo que supone un menor riesgo de infección, menor sangrado, una recuperación más fácil y mejores resultados estéticos. Con un postoperatorio más corto y menos dolor, es posible conseguir una rápida incorporación a la vida diaria del paciente.
La agilidad en las altas médicas permite, además, mejorar las listas de espera y gestionar de forma más eficaz los recursos del sistema sanitario. Por ello, la incursión de la robótica en intervenciones quirúrgicas no solo favorece el mejor tratamiento de los pacientes, sino también la eficacia de los centros sanitarios.
Eficacia
El año pasado se realizaron más de 1,2 millones de intervenciones quirúrgicas con el sistema robótico da Vinci. En total, unos 7,2 millones de procedimientos desde que empezó a asistir en cirugía hace dos décadas. Durante 2019, en la Península Ibérica se realizaron más de 8.500 intervenciones, lo que supone un crecimiento del 51% con respecto a 2018 y son más de 30.000 pacientes los que se han beneficiado de esta técnica desde que llegó a nuestro país en 2005.
La capacidad multidisciplinar del sistema de cirugía robótica da Vinci da acceso a una amortización óptima. Pero, ante todo, el éxito del sistema quirúrgico da Vinci está en su eficacia con una radicalidad oncológica comparable a la cirugía abierta. La perfecta visualización ofrece una gran precisión y fiabilidad y permiten abordar quirúrgicamente casos complejos como los tumores próximos a estructuras importantes como arterias o venas y facilita la preservación neurovascular de los nervios implicados con una correcta eliminación del tumor. Igualmente consigue una mayor precisión reconstructiva, es más fácil preservar el órgano y cerrarlo tras la extracción del tumor consiguiendo una morfología normalizada en menor tiempo. Todo ello garantiza una mejor funcionalidad y pronta recuperación del paciente.
Pero además de las ventajas de la cirugía robótica desde el punto de vista del paciente, también hay importantes beneficios para el cirujano. Con las técnicas tradicionales, no se puede evitar que tras largas horas de intervención se produzca agotamiento muscular y articular. La cirugía robótica permite operar en una postura cómoda, muy ergonómica, en la que el cirujano está sentado en la consola, lo que facilita al profesional hacer las cirugías de forma más descansada. Así, se evita el temblor fisiológico y posibles movimientos incontrolados o gestos involuntarios, lo cual es, en definitiva, un beneficio adicional para el paciente.