EN VENEZUELA SOLO VACUNAMOS A LOS NUESTROS
EnEn la madrugada del domingo, hora española, llegó al aeropuerto de Caracas el primer lote de vacunas rusas, recibido con todos los honores por la plana mayor ministerial. Son cien mil dosis de la «Sputnik-5», que, según el Gobierno ruso, cuesta 10 dólares cada una, no precisa congelación para su transporte, sólo una temperatura inferior a los ocho grados, y tiene una eficacia de protección, comprobada por análisis científicos occidentales, superior al 90 por ciento. Moscú ha firmado acuerdos de producción con laboratorios de China, Corea del Sur, Brasil y la India, y se presenta como uno de los instrumentos más prometedores para la proyección exterior del régimen petrolero de Vladimir Putin, que anda algo escaso de aliados. En principio, el gobierno de Nicolás Maduro ha firmado un contrato por diez millones de unidades, es decir, que podrá vacunar en los próximos meses a cinco millones de venezolanos. venezolanos. La cifra es muy insuficiente si tenemos en cuenta una población de 28 millones de personas, aunque haya que restarle, grosso modo, los cinco millones de exiliados y emigrantes que han dejado atrás el paraíso bolivariano en busca de mejores climas. Pero el asunto no preocupa demasiado a Nicolás Maduro, que tiene un programa de inmunizaciones de lo más conveniente. Después del personal sanitario y de los maestros, se vacunará a quienes demuestren con documentos que forman parte del movimiento «Somos Venezuela», de inspiración, claro, gubernamental. La vacuna como herramienta para el proselitismo. Si ya se hacía con la comida...