EL BARÇA DESMONTA AL MADRID
EL BARCELONA APLASTA A LOS DE LASO EN UNA FINAL EN LA QUE MANDARON POR 23 PUNTOS. ES EL PRIMER TÍTULO EN LA ETAPA DE JASIKEVICIUS Y EL ESTRENO DEL PALMARÉS DE MIROTIC COMO AZULGRANA. HIGGINS, ELEGIDO MVP
ElEl sueño de Jasikevicius se hizo realidad con la forma en que su Barça se proclamó campeón de Copa ante el Real Madrid. Fue el primer título en la nueva era azulgrana un triunfo incontestable. El Madrid se sintió impotente en el Clásico. Es la vigésimo sexta Copa del Barcelona por las 28 que suma el Madrid y la final también aparece como el punto de partida de un grupo muy potente para asaltar los cielos que ha ocupado el equipo de Laso en las últimas temporadas. Los tres últimos Clásicos con la Copa en juego han sido para los azulgrana (2018, 2019 y 2021), pero el primer título de Mirotic no ha tenido nada que ver con los dos anteriores. Jasikevicius reclamó desde que llegó el pasado verano a Barcelona que quería jugadores «más cabrones», o sea con más colmillo, que no hicieran prisioneros. Y el Barça se llevó la final a dentelladas.
El entrenador, una leyenda como jugador en el Palau, es el alma del grupo. Celebró mucho más una falta en ataque provocada por Mirotic a Tavares que el momento en que su equipo levantó el título con el éxtasis de la plantilla. El primer trofeo en la nueva era azulgrana tiene un responsable principal y se encuentra en el banquillo. A Jasikevicius le han dado un equipazo. Es una de las pocas herencias potables de la etapa de Bartomeu. Además, el técnico se lo ha currado y mucho. No hay más que ver cómo defienden sus chicos y con qué entusiasmo viven los partidos desde el banco. La frenética actividad que se trae el técnico lituano resulta contagiosa.
El Barça desmontó al Madrid de principio a fin. Aunque en realidad el equipo de Laso comenzó a desmontarse con la baja por problemas físicos de Rudy. Un golpe en la cadera en la semifinal le apartó del Clásico y Rudy sigue aportando mucho, sobre todo atrás. En una final en la que hizo falta mucha personalidad se echó de menos al alero. Laso apostó por un quinteto de «bajitos» con Deck de ala-pívot emparejándose con Mirotic. Sin Tavares, el camino hacia el aro madridista se convirtió para el Barça en una autopista de cuatro carriles sin peaje. 52 puntos encajados en dos cuartos. El ataque fue excelente, pero es que la defensa también.
Mirotic se ha olvidado de aquello de ser un especialista en tiros de tres y que servía para poco más que abrir la pista. Jugó por dentro e hizo mucho daño cerca del aro ante un defensor de la talla del argentino. Su sustituto,
Smits, hizo todavía más pupa en la defensa del Madrid. Se presentó con un 2+1 ante Tavares y se convirtió en el factor sorpresa para que el defensor del título empezara a desangrarse sin remedio.
Los blancos no funcionaron con Llull y lo más cerca que estuvieron fue cuando Alocén aportó algo de desparpajo para alterar el muro azulgrana. No hay ningún equipo en Europa que haga la cancha tan pequeña como lo ha hecho el Barça en muchos momentos durante la Copa. Superado el susto de cuartos ante el Unicaja con polémica incluida, el Barcelona ha sido inalcanzable para el Baskonia y el Madrid. Ha estado muchos cuerpos por delante. En menos de 24 horas llegó a dominar al campeón de Liga en la semifinal por 20 puntos y en la final antes del descanso ya mandaba por 23 (29-52). Laso probó todas las combinaciones posibles. Devolvió los mandos a Llull, lo intentó con dos bases, probó con tres hombres altos, puso a Garuba con Calathes, pero las diferencias no dejaron de crecer. El pésimo día en el tiro exterior (7/28 triple), la nula circulación de balón, las pérdidas... demasiados factores en contra como para tener opciones para tomar la fortaleza azulgrana.
Al Madrid le quedó poco más que la apelación al orgullo y al escudo. Media final fue una pelea contra un imposible. Jasikevicius aseguró en el descanso a Movistar que su Barça no es un buen equipo cuando va con ventaja. Pero es que sus chicos ya habían hecho todo el trabajo. Lo hicieron de lujo. Higgins, mejor que nadie y en los dos lados de la pista. Por eso fue elegido MVP sin discusión.
El empeño por turnos de Llull, Deck, Tavares o Abalde sirvió para que las diferencias dejaran de ser escandalosas. El Madrid llegó a acercarse a once (62-73) con algo más de cinco minutos por delante. Lo hizo con Alocén, Abalde y Garuba en pista. ¿El futuro? El Barça está llamando a las puertas del presente y lo hace con la intención de que la exitosa «era Laso» toque a su fin.
Este Barça se creó para acabar con la «era Laso» y ha dado el primer paso