ERC urge un Govern «anti Illa»
El objetivo es frenar el anuncio de investidura del PSC mediante una alianza con Junts, la CUP y los Comunes repleta de vetos cruzados. Designan ya un equipo negociador
Esquerra ha tardado apenas unas horas en digerir los resultados electorales y en tomar la iniciativa para frenar el paso a Salvador Illa (PSC) y su anuncio de presentarse a la investidura. A diferencia de 2017, cuando los republicanos tuvieron que recular y claudicar ante Puigdemont y JxCat, ahora Pere Aragonès y ERC han arrebatado el mando al expresident buscan liderar la carrera y tratarán «de inmediato» la confección de un Govern soberanista. Ayer mismo anunciaron a su equipo negociador –la portavoz Marta Vilalta, el presidente del Consell Nacional, Josep Maria Jové, el presidente del grupo parlamentario, Sergi Sabrià, y la «número dos» de la lista, Laura Vilagrà– y empezarán los contactos con la CUP, «un actor indispensable y uno de los partidos que ha salido más reforzado», en sus palabras y no con Junts. Luego seguirán con los postconemprender vergentes y los comunes, aunque el propio Aragonès «ya ha establecido los primeros contactos» con Laura Borràs (JxCat), Jéssica Albiach (comunes) y Dolors Sabater (CUP). Y es que los republicanos quieren una «vía ancha» que incluya a los postconvergentes, a los antisistema y al partido morado, una alianza repleta de vetos cruzados que se antoja complicada.
Después de superar a Junts, los republicanos se sienten legitimados para imponer su estrategia y un giro hacia la izquierda que no rehúya la autodeterminación ni la amnistía, sus dos grandes reclamaciones. Por ello, la apuesta pasa por sumar 82 escaños con Junts, comunes y la CUP. «No hay tiempo que perder», señalan con la previsión de cerrar los primeros encuentros de forma inminente, «los próximos días».
Y es que el calendario aprieta y el anuncio de investidura de Salvador Illa, ganador de los comicios en votos y empatado a 33 escaños con ERC, ha inaugurado una carrera por liderar la alternativa y marcar la agenda. El socialista se pasó la campaña prometiendo que se presentaría a la investidura si se imponía en escaños y votos –a diferencia de Arrimadas (Cs) en 2017– y ahora, tras el 14-F, no sólo mantiene su compromiso sino que ha tomado la iniciativa y ya prepara un plan de Gobierno. Asimismo, ha desvelado dos nombres que conformarían su equipo: Maurici Lucena (Economía) y Olga Pané (gerente del Hospital del Mar, para Sanidad). Por su parte, ERC quiere lograr un acuerdo soberanista e independentista incluso antes del 12 de marzo, fecha límite para la constitución del Parlament y la elección del presidente, que deberá convocar el pleno de investidura.
Ayer, los republicanos volvieron a dar un nuevo portazo a un hipotético tripartito con los socialistas –«No pactaremos con el PSC. Hay una mayoría independentista que hace que el PSC no sea determinante»– e insistieron en su frente amplio. Sin embargo, la apuesta por aglutinar a Junts, CUP y comunes parece difícil por los vetos cruzados: Junts y Borràs exigen un Govern «nítidamente independentista» y excluyen a los comunes, mientras la formación morada tampoco acepta cohabitar con los postconvergentes. Junts y comunes, dos formaciones antagónicas a nivel social, parecen encarnar el agua y el aceite en política. De hecho, la líder del partido morado en Cataluña, Jéssica Albiach, apuesta claramente por un tripartito de izquierdas y ya ha pedido formalmente a ERC que levante el veto al PSC. «No podemos ir a ninguna parte con Junts. Aragonès insiste en una fórmula que sabe que no prosperará», advierten.