NO PUDO ESPERAR NI A LA PIQUETA
El hundimiento de la fachada de una casa en Tetúan es buena metáfora del abandono de tantos inmuebles
SeSe caen por sí solas. En el barrio de Tetuán, en pleno centro de Madrid, un 8,46% de las casas tienen un pésimo estado de conservación (cuatro puntos por encima de la media de Madrid). Así las cosas, no es de extrañar que los ecos de una borrasca como Filomena acaben dando la puntilla a unos edificios que son más una ruina que una construcción habitable. O «sostenible», en tanto en cuanto «se sostiene», dicho esto con absoluta ironía. La enésima voz de alarma por la decrepitud de numerosos edificios de la zona la ha dado un inmueble de la calle Marqués de Viana. En la noche del domingo, la fachada de una construcción antigua de dos alturas, que se encontraba deshabitada, se ha venido abajo. En su interior se refugiaban tres personas sin hogar, que resultaron ilesas y fueron realojadas por el Samur Social. Ellos eran los «habitantes» de un edificio tapiado con ladrillos, testigo de otros tiempos, desclasificado de los planes urbanísticos. La renovación en el parque de viviendas de la zona no le alcanzó. Quedó de testigo de un desarrollismo con pocos medios que anidó en el barrio. Todos los que acudían al Mercado Municipal de Tetuán han sido testigos de la decadencia de un edificio que por esperar, no pudo ni aguardar a la llegada de la piqueta para su demolición. Pareciera que decidió acelerar su fin y echar abajo la fachada. Una llamada de atención que sin duda no pasará desapercibida a los responsables municipales. De ellos esperan ahora los vecinos una urgente acción para evitar la visión de un armazón descarnado cada vez que acudan a hacer la compra al mercado. Un foco de insalubridad que se ha mantenido por la desidia de las administraciones. No hacer nada nunca es una buena solución. La dejadez en acometer las reformas necesarias en este barrio de Madrid debe acabar. Urge una respuesta ante unas construcciones abandonadas, unos castillos de naipes insalubres que suponen un peligro para los vecinos y sacan los colores a los gestores públicos.