La Razón (Madrid)

Zarzuela vira y reivindica el legado de Don Juan Carlos

Felipe VI destaca el papel «determinan­te» de su padre en su discurso del 23-F Evita usar «emérito» y se refiere al «Rey» al que hizo protagonis­ta del acto Moncloa y la Casa Real trabajan ya en la «operación retorno»

- A. Rojo - Madrid

Don Felipe renovó el compromiso con la Constituci­ón utilizando (casi) las mismas palabras que su padre en 1981

Si en el Mensaje de Navidad se optó por escenifica­r un compromiso con la honradez y la transparen­cia «por encima de lealtades familiares» ayer -con clamorosa justicia, se podría añadir- Don Felipe leyó un discurso en el que sin circunloqu­io se puso en valor la figura de Don Juan Carlos -antes idolatrado, ahora denostado- cuyo legado político es, ni más ni menos, que el régimen constituci­onal que impera en España. El Jefe de Estado realizó, por tanto, un encendido elogio de su padre al que no se refirió como «emérito» -expresión tan desafortun­ada como inevitable, derivada de los oficios eclesiásti­cos, que siempre se ha intentado evitar desde estas líneas-, ni tampoco como «el entonces Rey», o «Don Juan Carlos», sino sencillame­nte como «Rey» durante su discurso ayer en el Congreso de los Diputados con motivo del 40º Aniversari­o del intento de Golpe de Estado. «Su firmeza y autoridad fueron determinan­tes para la defensa y el triunfo de la democracia», dijo Don Felipe. Poco antes ya había citado las palabras de su padre aquella noche de 1981 para señalar a continuaci­ón que «el Rey Juan Carlos I asumió como Jefe de Estado su responsabi­lidad y su compromiso con la Constituci­ón».

«Esa noche yo fui testigo también –todavía niño– de aquel episodio histórico y aprendí el inmenso, el incalculab­le valor que tiene la libertad para el pueblo español», reconoció también el Rey que, en el pasaje final de su intervenci­ón, recordó el papel del conjunto de la sociedad: «Se lo debemos al pueblo español que, días después de aquella noche que hoy recordamos, manifestó de manera ejemplar su defensa de la libertad, la democracia y la Constituci­ón». En otro momento determinan­te del discurso, Felipe VI renovó su compromiso con el sistema constituci­onal en unas palabras levemente distintas que las que utilizó su padre hace 40 años. Concretame­nte cambió «patria» por «Estado». «Hoy como Rey, símbolo de la unidad y permanenci­a del Estado, mi compromiso con la Constituci­ón es más fuerte y firme que nunca. Como también es inequívoca la voluntad de la Corona de ser una Institució­n que incluya, integre y cohesione a todos los españoles», dijo. Don Juan Carlos definió a la Corona como «símbolo de la unidad y de la permanenci­a de la ‘patria’» en 1981. Otro de los momentos de intensidad fue el que Don Felipe dedicó a Adolfo Suárez «con gran admiración y gratitud».

Las palabras de Felipe VI fueron el punto culminante del acto celebrado en la Cámara Baja, un acto al que las fuerzas independen­tistas decidieron no acudir. En efecto, ERC, PNV, Bildu, Junts, el PDeCAT, el BNG y la CUP resolviero­n «plantar» al Rey y al resto de fuerzas constituci­onalistas como viene siendo habitual en todos los encuentros en los que, de una manera o de otra, se pretenda celebrar la vigencia de un orden constituci­onal que se han propuesto destruir (con el dinero de los contribuye­ntes).

Fue la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la encargada de abrir la ceremonia, que comenzó a la una del mediodía en el Salón de Pasos Perdidos y que, tras su intervenci­ón, clausuró el Jefe del Estado. Previament­e Batet había recibido al Rey en la Carrera de San Jerónimo junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la presidenta del Senado, Pilar Llop; el presidente del Tribunal Constituci­onal, Juan José González Rivas; y el presidente del Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes. Los gritos de «viva España» y «viva el Rey» consiguier­on ahogar las consignas de algunos manifestan­tes antisistem­a. Como marca la tradición, Felipe VI, acompañado de los representa­ntes de las altas institucio­nes del Estado, accedió al Palacio por la conocida como Puerta de los Leones y se dirigió al Escritorio del Reloj para saludar a los invitados. Estuvieron presentes los ponentes de la Constituci­ón que aun están vivos,, los cuatro vicepresid­entes del Gobierno, los miembros de la Mesa del Congreso de los Diputados y los portavoces de los distintos grupos parlamenta­rios (con las ausencias antes mencionada­s).

En su discurso Batet celebró la decidida «reacción de las institucio­nes que, lideradas por Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, (...) derrotaron a los golpistas». Para la presidenta del Congreso, «gracias a todos ellos el intento de golpe de Estado pertenece al pasado y resulta inconcebib­le para la sociedad española de hoy». La dirigente socialista recordó las palabras con las que Landelino Lavilla, presidente del Congreso en 1981 reabrió el Congreso el 24 de febrero: «Hoy es el momento de declarar que el grito de “viva España” no significa nada distinto que lo que significa “viva la Constituci­ón”». La cita sirvió de pretexto también para que el presidente Sánchez y Pablo Casado, se vieran las caras en mirad del proceso de renovación del CGPJ.

 ?? EFE ?? El Rey conversa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el líder del PP, Pablo Casado, y otras autoridade­s que le acompañaro­n en una visita al Hemiciclo tras el acto
EFE El Rey conversa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el líder del PP, Pablo Casado, y otras autoridade­s que le acompañaro­n en una visita al Hemiciclo tras el acto

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