Madrid verde
¿Y si el consenso es posible? En una realidad política polarizada, encabronada y, en última instancia, empobrecida por el señalamiento y la defensa de unos territorios ideológicos irresponsables…el acuerdo en el Ayuntamiento de Madrid para reforestar la ciudad después de los estragos que trajo consigo la borrasca «Filomena» es un ventanuco para la esperanza. Es un paso que los cedros no sean de derechas y el pino piñonero de izquierdas, por poner un ejemplo, y que nadie se ofenda por la especie. Ni abrazar árboles ni pasar la motosierra, ni caducos ni perennes. Es importante para la ciudad que los cinco grupos municipales hayan decidido respaldar la reorientación de la estrategia de plantaciones y lo primero ha sido crear un Consejo Asesor de Expertos independientes. A todos nos ha impresionado el efecto devastador de la nieve sobre el arbolado y creo que ha sido esencial para, esta vez, dejar la politiquería de lado. Ahora se trata de esperar y gestionar lo que determine ese Consejo y si ya se une a las experiencias que nos ha dejado la pandemia en materia de movilidad es muy posible que nuestro aparato respiratorio lo acabe agradeciendo. Borja Carabante, el delegado de Medio Ambiente y Movilidad en el Consistorio, quiere que el próximo mes junio se pueda saber ya qué hacer y ponerse a ello. En paralelo, está la determinación de iniciar las obras de construcción del carril bici de castellana. Estos meses nos han descubierto que para trayectos cortos lo mejor es caminar, que las cuestas de Madrid con las bicis eléctricas son alegres subidas, que buscamos una movilidad sostenible e individual y, también, que nos espantan los tubos de escape a chorro. Hemos descubierto, y cito al delegado, que «en Madrid uno se puede mover de muchas maneras y, la peor, es moverse con el coche». Esta vez el compromiso va en serio y parece que este será uno de los asuntos que se examinará en las elecciones.