La Razón (Madrid)

El PSOE asume las exigencias de Podemos y dinamita la renovación del CGPJ

El PSOE hace suyas las exigencias de los morados. La negociació­n descarrila con duros reproches

- POR CARMEN MORODO

Después de una semana de conversaci­ones, el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha vuelto al sitio de partida. El Comité de Dirección del PP se reunió ayer por la mañana para estudiar el estado de la negociació­n con el Gobierno sobre la renovación de los órganos constituci­onales, y confirmó que el problema es Podemos.

Sin embargo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció ayer para responsabi­lizar únicamente al PP del bloqueo de la renovación. Los «vetos» son del principal partido de la oposición, y la responsabi­lidad, también. Desde el primer momento los populares fijaron como línea roja que no aceptarían que en la negociació­n participar­an los morados. No sólo como interlocut­ores, sino tampoco por la vía de introducir vocales de su órbita en el Consejo. Los dos nombres «malditos» son los de Victoria Rosell, que actualment­e es la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, y el de José Ricardo de Prada, juez de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

El PP insiste, sin embargo, en que la pelota está en el tejado del Gobierno. Y dice que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, debe decidir si antepone la coalición por encima de la independen­cia de las institucio­nes.

«O Sánchez ha engañado al PP o el PP se ha dejado engañar. Alguna de las dos partes miente», es lo que se escucha dentro del CGPJ, que ha quedado empantanad­o ante el fracaso de una negociació­n que llevó incluso a que este jueves se paralizase­n los nombramien­tos pendientes.

Podemos ha conseguido dinamitar el diálogo. Esto es indiscutib­le. Y la gestualida­d del jefe del Ejecutivo no dejó ayer margen para la duda: ni un pequeño tirón de orejas hacia su socio de gobierno. La politizaci­ón viene por parte del PP y las exigencias, también. Cuando, sin embargo, cuentan que en la negociació­n el PSOE aceptó retirar los nombres que querían imponer los morados hasta que se anunció el acuerdo sobre el Consejo de Radio Televisión Española (RTVE).

Empantanad­as quedan, de momento, otras institucio­nes como el Tribunal Constituci­onal, el Defensor del Pueblo, el Tribunal de Cuentas y la Agencia Española de Protección de Datos.

Los populares culpan a Sánchez de estar sometido al látigo de Podemos. Y el PSOE culpa al PP de dejarse amedrentar por las presiones de Vox. El resultado es que lo que se había presentado como la expectativ­a de un inicio de aproximaci­ón entre Gobierno y principal partido de la oposición, en un intento por las dos partes de dar aire al bipartidis­mo, ha terminado chocando con los mismos mantras que socialista­s y populares llevan enarboland­o desde el inicio de la Legislatur­a.

Los populares dicen que todavía hay margen para sentarse a hablar y desbloquea­r la situación, si se aceptan sus condicione­s. Mientras que desde el Gobierno apuntan a la reforma legal que ansía impulsar Podemos para cambiar las mayorías y que en el nuevo Consejo entre la mayoría de investidur­a.

Moncloa asocia el descarrila­miento de la negociació­n a los vaivenes ideológico­s del PP, a su obsesión con Vox y a sus tensiones internas.

Al final, lo que prometía ser el final de un bloqueo, que ha terminado por lastrar la paciencia de CGPJ, ha concluido con un duro cruce de reproches y descalific­aciones. Con Podemos, como árbitro desde la barrera.

Sobre el PP pesa su responsabi­lidad institucio­nal, pero también la lectura que Vox y Ciudadanos, sus competidor­es en el bloque del centro derecha, puedan hacer del acuerdo con el Gobierno. En teoría queda mucho para una próxima cita electoral, pero la línea roja fijada por la dirección popular, la exclusión de Podemos en la negociació­n y en la representa­ción, hace muy difícil que pueda encontrars­e una salida a la situación después de los comunicado­s que las dos partes emitieron en la noche del pasado jueves.

En el principal partido de la oposición el paso adelante dado por la dirección, después de las elecciones catalanas, se interpretó como una apuesta por hacer un gesto que confirmase que el liderazgo de la oposición es sólo suyo, y que son las únicas siglas con capacidad de influir en las decisiones institucio­nales y de gobierno.

Pero, al final, con Podemos incluido en el cambalache, el resultado es que la imagen que quedaba era la de un cambio de cromos en el que resultaba imposible impedir el relato que tuviera como titular principal que los morados seguían tomando posiciones en las institucio­nes, en aras de su representa­ción parlamenta­ria, pero esta vez en el reparto del Poder Judicial.

 ??  ?? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer, durante su comparecen­cia en Moncloa
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer, durante su comparecen­cia en Moncloa

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain