Sánchez rechaza las «conductas incívicas» del Rey emérito
Moncloa levanta un cortafuegos en torno a Felipe VI, a quien respalda
Los escándalos que cercan al Rey emérito han obligado al Gobierno a marcar distancias con Don Juan Carlos, estableciendo, de este modo, una suerte de cortafuegos en torno a la figura de Felipe VI. En un inédito pronunciamiento en julio de 2020, Pedro Sánchez abandonó la salvaguarda de la presunción de inocencia y calificó de «inquietantes» y «perturbadoras» las revelaciones que se estaban conociendo sobre el monarca. Semanas después, Zarzuela y Moncloa orquestarían la operación de Estado para que abandonara España y esta distancia física lo es también emocional y discursiva. Elevando el tono de reproche, el presidente del Gobierno dijo ayer compartir «el profundo rechazo» que sienten los españoles por las «conductas incívicas» del emérito, tras publicarse en los medios una nueva regularización fiscal de más de cuatro millones de euros. «Si alguien ha cometido irregularidades, tiene que repararlas», sentenció.
En una comparecencia en el palacio de la Moncloa, Sánchez recordó la «perturbación e incomodidad que suponía para el Gobierno» las noticias sobre Don Juan Carlos y quiso circunscribirlas a su «persona» sin que éstas puedan suponer un menoscabo de la integridad de la Casa Real o la Corona. «Se juzgan personas, no instituciones», reseñó, sobre las «dudas o el cuestionamiento» que han surgido en torno a la persona del Rey emérito. Un cuestionamiento que Sánchez pidió no hacer extensivo a Hacienda, que no ha abierto, que se sepa, una investigación después de las sucesivas regularizaciones. «No hay que cuestionar la independencia independencia y autonomía de la Agencia Tributaria», demandó el presidente.
En esta línea, Sánchez quiso remarcar que el Rey Felipe VI tiene «todo su apoyo» por la apuesta que ha hecho desde que llegara al trono por la «transparencia» y la «ejemplaridad», unas buenas prácticas que han supuesto un «punto y aparte» respecto a las conductas anteriores. Un cumplimiento de los estándares éticos que Moncloa respalda, también sobre la «gestión de los fondos públicos» que se asigna a la Casa Real en cada ejercicio presupuestario. Sobre si estas regularizaciones acercan la vuelta del emérito a España, Sánchez despejó la cuestión como suele ser habitual, apuntando hacia la Casa Real y asegurando que se trata de «decisiones personales» que no le corresponde valorar. Pero lo cierto es que esta eventual vuelta dependerá de que se despeje el horizonte judicial que actualmente atenaza al Rey emérito y en el que se encuadran las sucesivas regularizaciones.
Si alguien ha cometido irregularidades, por supuesto, tiene que repararlas»
Se juzgan personas, no instituciones. El Rey Felipe VI tiene todo mi apoyo»
Pedro Sánchez