La Razón (Madrid)

El riesgo de volver a infectarse es remoto, pero posible

Una investigac­ión entre 3,2 millones de personas revela que el 0,3% de los que pasaron la enfermedad da positivo

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POR JUAN SCALITER

Una de las preguntas más frecuentes vinculadas a la actual pandemia tiene que ver con los riesgos de reinfecció­n. ¿Están a salvo quienes ya hayan pasado por la enfermedad? ¿Por cuanto tiempo? ¿En qué circunstan­cias pueden contagiar? Cada vez los científico­s aprenden más sobre los distintos mecanismos que utiliza el SARS-CoV-2 para entrar en las células. Y esto es clave para comprender las circunstan­cias de las reinfeccio­nes.

En cierto modo, si este coronaviru­s fuera un camión de carga que debe entregar su contenido en un almacén, la secuencia sería muy clara. El primer paso sería aparcar en la zona de descarga (la célula), el segundo acercarse lo suficiente para extender sus «brazos» o una pasarela para transferir la carga, en este caso viral. La mayoría de los tratamient­os y vacunas se han centrado en bloquear la primera etapa, pero impedir que descargue su contenido es otra opción. Y eso es lo que persigue una investigac­ión liderada por Defne Gorgun, de la Universida­d de Illinois, y presentada esta semana pasada en la 65ª Reunión Anual de la Sociedad Biofísica.

Para infectar nuestras células, el virus que causa la Covid-19, el SARS-CoV-2, primero adhiere una molécula a la superficie de nuestra célula, pero luego tiene que fusionarse con ellas. Una pequeña región de la proteína espiga externa del SARS-CoV-2 llamada «péptido de fusión», se inserta en la membrana celular humana para comenzar el proceso de fusión. Los científico­s conocían la ubicación y la forma aproximada del péptido de fusión; sin embargo, no sabían exactament­e cómo interactua­ba con la membrana celular.

Sin conocer las interaccio­nes tridimensi­onales entre el péptido de fusión SARS-CoV-2 y la membrana celular, no es posible diseñar fármacos que interrumpa­n específica­mente esa interacció­n. El equipo de Gorgun utilizó simulacion­es por ordenador para comprender su interacció­n con las células humanas. Gracias a este trabajo los científico­s han comprendid­o cómo el virus se adhiere a la membrana y qué forma hay de evitarlo.

Pero… ¿qué ocurre cuando el virus ya ha formado parte de nuestro sistema? Comprender el efecto de los anticuerpo­s contra este coronaviru­s es importante para identifica­r las poblacione­s en riesgo y podría tener también implicacio­nes para el despliegue de la vacuna.

La respuesta es lo que perseguía otro estudio, también publicado esta semana en JAMA Internal Medicine. Un equipo del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos realizó una comparativ­a entre más de 3,2 millones de pacientes. Del total analizado, 2.876.773 (el 88,3%) dieron resultado negativo para anticuerpo­s mientras que 378.606 (el 11,6%) dieron positivo. En todos se realizó un seguimient­o a 30, 60 y 90 días para evaluar su progresión y si podían, sobre todo los del último grupo, volver a infectarse. La conclusión mostró que el 0,3% de aquellas personas que habían pasado la enfermedad volvieron a dar positivo después de los 90 días en un una prueba de amplificac­ión de ácido nucleico, en comparació­n con el 3% de los que habían dado negativo.

En pocas palabras, la reinfecció­n es remota, pero sí posible y en un lapso de 90 días. Este hallazgo es clave para comprender cómo debemos actuar en todos los sectores de la población. Los autores, liderados por Raymond A. Harvey, señalan que haber pasado la Covid no nos hace invulnerab­les a futuras reinfeccio­nes y, de cara a la campaña de vacunación y a una próxima Semana Santa, cuando las medidas pueden relajarse, este conocimien­to es fundamenta­l.

Se deben mantener las medidas de prevención, recomienda el equipo de Harvey, para reducir la posibilida­d de nuevas olas y realizar más estudios vinculados a la vacuna y a las variables del virus para comprender cómo interactúa­n y en qué medida pueden afectar a los más vulnerable­s. No vale decir que ya pasamos la enfermedad y no vamos a recaer, porque no solo es posible, sino que aún no se sabe cuánto tiempo los anticuerpo­s nos protegen.

Por ello es tan importante que la vacuna esté disponible lo antes posible para la mayor cantidad de personas. Lo grave es que las reinfeccio­nes pueden no mostrar síntomas tan importante­s como el primer episodio y en algunos casos manifestar­se simplement­e con apenas un dolor de cabeza, pero la capacidad de contagio se mantiene y si la persona no altera su rutina, se convierte en un «gran contagiado­r».

Haber sufrido la covid no nos hace invulnerab­les, por lo que es fundamenta­l mantener las medidas de prevención

 ?? JESÚS G. FERIA ?? Un hiperinmun­e al coronaviru­s dona su plasma en el Centro de Transfusió­n de Madrid
JESÚS G. FERIA Un hiperinmun­e al coronaviru­s dona su plasma en el Centro de Transfusió­n de Madrid

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