Un inusual debut metido en una lata de sardinas
Joseph Pontus, en verso libre y sin puntuación, firma una obra sobre la pérdida de la esperanza y la inmersión en la rutina de las cadenas de montaje
Con un aparentemente simple «cuando entré en la fábrica...» comienza este sorprendente libro escrito en verso libre, sin puntuación. Se trata de líneas con un ritmo especial que, una vez desel cubierto el trabajo del protagonista, se puede adaptar al de escoger, seleccionar y partir peces de manera mecánica, porque la fábrica es de conservas de pescado. Y desde allí habla y piensa un hombre joven, culto y bien cualificado que en días pasados fue educador y que, al trasladarse a vivir a un lugar nuevo debido a su boda, solo encuentra el trabajo precario y en turno de noche que le ofrece una Agencia de Trabajo Temporal.
El libro, que está lleno de referencias literarias, musicales e históricas, hace imposible olvidar en ningún momento que protagonista no es un trabajador cualquiera, que está realizando una labor por debajo de su preparación, descubriendo las líneas de producción, los turnos de ocho horas por la noche, el trastorno del sueño y el cansancio, el martilleo de las máquinas y el tiempo robado a la mujer que le espera. Y después, un cambio a peor, un trabajo limpiando un matadero.
El autor refleja magistralmente qué es la precariedad en el trabajo, cómo se vive cuando éste es inestable y mal pagado. Joseph Ponthus ha escrito el libro exacto en el momento oportuno, el libro en el que reflejarse en estos tiempos, cuando se trabaja precariamente y además a solas. Sin descansos para un pitillo con los compañeros.