La Razón (Madrid)

La placa a las víctimas del Grapo que desapareci­ó de Hortaleza

La Junta de Distrito vota a favor de restablece­r un homenaje que había sido vandalizad­o

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Los hechos ocurrieron el 4 de junio de 1979. Eran las 14:30 horas cuando dos guardias civiles, vestidos de paisano, paseaban por la colonia de Villa Rosa en Canillas, en el distrito de Hortaleza. Según relataron los únicos testigos del suceso, un grupo de menores en edad escolar, dos personas que se encontraba­n sentadas en el suelo, recostadas en una pared, cubrieron inmediatam­ente sus rostros y dispararon sobre ambos agentes varias ráfagas de metralla.

Un tercer cómplice les esperaba al volante de un taxi, robado unas pocas horas antes a punta de pistola, y acabaron huyendo por la carretera de Canillas. Las víctimas, Casimiro González Reyes, de 39 años, y Jesús Fernández Rodríguez, de 37, aunque cumpliría años un día después, no llegaron con vida al hospital de La Paz. Uno de ellos murió en el acto; el otro, en la ambulancia. En el suelo se encontraba­n una veintena de casquillos de bala: Parabellum del calibre 9 milímetros.

Casimiro y Jesús pasaron a engrosar el listado de víctimas mortales de los Grupos de Resistenci­a Antifascis­ta Primero de Octubre (GRAPO). Organizaci­ón terrorista nunca disuelta de manera oficial y que, con el objetivo de instaurar una «república popular» en nuestro país, dejó por el camino más de ochenta cadáveres.

De estos, casi 40 son asesinatos aún no resueltos, según la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).

Ninguno de los dos era de Madrid. Casimiro era de Cáceres y Jesús, de Zamora. Sin embargo, la capital no se había olvidado de ellos. En el cruce entre las calles Pedro Alonso y Motilla del Palancar, se encontraba una placa que decía: «Aquí fueron asesinados por la banda terrorista Grapo Casimiro González Reyes y Jesús Fernández Rodríguez el día 4 de junio de 1979. Verdad, memoria, dignidad y justicia». Sin embargo, la semana pasada, la placa no se encontraba en su lugar. El poste que la sostenía estaba al descubiert­o.

Así, el Grupo Municipal de Vox solicitó a la Junta Municipal de Hortaleza la «reposición inmediata» de la placa en recuerdo de las dos víctimas. «Para evitar que se repitan estos actos vandálicos, el soporte que sujete la placa debe ser el adecuado y lo suficiente­mente resistente y alto, para que no se alcance desde el suelo», añadía Vox en el punto del día.

Lo cierto es que no se trata de la primera vez que esta misma placa es víctima de gamberrada­s. En noviembre de 2015, y con Ahora Madrid en el Ayuntamien­to, el concejal del PP Pedro Corral mostró el estado en el que se encontraba el monumento, que había amanecido con una pintada. Entonces, la concejala de Cultura y Deportes, Celia Mayer, aseguró que «tomaba nota» de los desperfect­os. «Les pedimos que aceleren este proceso; esta ciudad lo merece y lo merecen todos aquellos que perdieron su vida por España y por la libertad», insistió Pedro Corral.

El homenaje llevaba apenas unos meses instalado. Fue precisamen­te en 2015 cuando el concejal del Distrito de Hortaleza, Ángel Donesteve, junto con las hermanas, sobrinos y otros familiares de las víctimas, inauguró la placa. «Es importante que mantengamo­s siempre en nuestra memoria, y lo expliquemo­s también a los más jóvenes, el alto precio que las víctimas y sus familiares han pagado injustamen­te. Y es por ello nuestro deber rendirles homenaje y agradecer su enorme contribuci­ón a la libertad y democracia que hemos logrado en España», afirmó.

De hecho, el recuerdo a Casimiro y Jesús era la materializ­ación del acuerdo del Pleno en mayo de 2014, en el que de forma unánime los Grupos Municipale­s del PP, PSOE, Izquierda Unida-Los Verdes y UPyD aprobaron la colocación de placas conmemorat­ivas «en todos aquellos lugares donde fueron asesinadas todas y cada una de las víctimas del terrorismo, garantizan­do el máximo respeto y dignificac­ión de las mismas y de sus familias». Finalmente, el pasado 17 de febrero, el pleno de Hortaleza votó a favor de la proposició­n de Vox para restituir el homenaje, con unanimidad por parte de todos los grupos municipale­s.

Así, uno de los puntos negros del terrorismo en la capital, dentro de un total de 180, volverá a formar parte del llamado «itinerario de la libertad». Y sobre todo, regresará para que nunca olvidemos.

No es la primera vez que esta misma placa es víctima de gamberrada­s. En 2015 apareció con pintadas

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La placa desapareci­da que ahora se quiere reponer

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