Gabilondo: los impuestos que sí quiso subir hace 50 días
El candidato socialista promete en precampaña que no acometerá subidas fiscales si llega a Sol, pero en febrero registró en la Asamblea una iniciativa en sentido contrario
Pablo Gómez
Una de las primeras promesas que el candidato del PSOE a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, lanzó en esta precampaña fue la de que no tocará los impuestos en los próximos dos años. La situación generada por el coronavirus, argumentó, obliga a no aumentar la presión fiscal sobre los madrileños, al menos, hasta que acabe el corto mandato que arrancará el 4 de mayo y que llegará a su fin en 2023. Lo justificó así: «Mi idea es que en esta coyuntura excepcional no se toque la fiscalidad durante estos dos años. Abrir todo el proceso de la fiscalidad en este momento nos parece que llevaría a la inoperancia de un gran debate».
Coyuntura excepcional. No figurará, por tanto, en el programa electoral del PSOE la «armonización fiscal» defendida desde Moncloa. El Gobierno de Pedro Sánchez y la bancada socialista en el parlamento regional llevan un año demandando a la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, que equipare algunos impuestos a los niveles de otras comunidades para no incurrir en una competencia desleal en materia fiscal. La cercanía con las urnas, sin embargo, ha hecho que Gabilondo se desmarque de ese discurso. E incluso ha hecho que el candidato socialista se olvide de lo que él mismo impulsó en la Asamblea de Madrid. Hace poco más de 50 días, el propio Gabilondo registró una enmienda a la totalidad a la proposición de ley de Deducciones de la Comunidad de Madrid en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. La iniciativa, con fecha 1 de febrero, llevaba la firma del portavoz socialista en la Asamblea. Hace menos de dos meses y, por tanto, dentro de la misma «coyuntura excepcional» que atraviesa Madrid en estos momentos.
Lo que Gabilondo proponía en esta iniciativa era eliminar deducciones y revisar al alza hasta cinco impuestos: el IRPF, el de Patrimonio, el de Sucesiones y Donaciones, el de Transmisiones Patrimoniales y tributos sobre el juego. Estos retoques sobre la fiscalidad madrileña supondrían, de llevarse a la práctica, una subida de los impuestos