A VECES APOLÍNEOS, A VECES DIONISÍACOS
El Prado alberga una exposición antológica de Tiziano, la primera del pintor en España
Roma,Roma, Florencia y Venecia. Londres. París. Viena, Ámsterdam y Berlín. Esas sí son ciudades del arte. Destinos en los que embriagarse solo de mármol esculpido, óleo salpicado y acordes perdidos. Lugares a los que viajar con un vacío que llenar de grandes nombres de la historia y la cultura en tantas guías de museo como quepan en un minúsculo equipaje de cabina. Paseos a la orilla del Sena sembrada de «bouquinistes». Medias sonrisas enmarcadas bajo un foco de luz que casi las quema en pedazos de pared con los que siempre hubo que mantener distancia de seguridad. Itinerarios conducidos por las huellas del pasado a través de calles señaladas por la guerra, por la paz, por el cambio. Arte en mayúsculas al doblar la esquina, una y otra vez. Mientras, en Madrid, poco más que la mayor y más completa exposición que se haya organizado desde el año 1935 en ninguna parte sobre Tiziano.
La Covid-19 ha llegado para arrasarlo todo, tanto, que hasta el turista cultural que algún día reservó sus vacaciones en la capital española para disfrutar de su «triángulo dorado» se despistó en algún punto del camino para darle el relevo a un visitante al que le dan igual el Prado, el Thyssen y el Reina Sofía, a un visitante que, ahora que las discotecas están cerradas –qué paradoja–, viene a embriagarse, pero de verdad. Antes eran familias, clases universitarias al completo, algún que otro viajero de mochila solitario; de todas las edades, de todos los países, ni todos apolíneos, ni todos dionisíacos. Ahora, según parece, son siempre jóvenes, siempre franceses, siempre borrachos.
Sin negar la realidad de que en Madrid no se hace el silencio cuando el reloj marca las 23:00 y que de los bajos de algunos locales y los balcones de algunos pisos se presienten las reuniones y fiestas clandestinas cada día al anochecer, es imprescindible recordar dónde estamos, que es, nada más y nada menos, que en una de las principales ciudades europeas del arte y de la cultura, como Roma, Florencia y Venecia, como Londres, como París, como Viena, Ámsterdam y Berlín.