Antesala de Generales
Tenía razón Ayuso cuando decía aquello de «Madrid es España». Sus elecciones serán la antesala de las generales. Los resultados de estos comicios, el proceso de vacunación, la llegada de fondos europeos y el calado de la crisis económica determinarán el cómo y el cuando.PorsiacasoPedroSánchez ha desbrozado los caminos. En primavera hay que segar los jardines. Aprovechando lo de Iglesias ha ajustado el gobierno en su segunda línea y ha hecho alguna modificación en la Comisión de Secretarios de Estado y Subsecretarios, órgano bajo la batuta de la vicepresidenta Carmen Calvo. Además, ha renovado algunas terminales en las delegaciones de Gobierno.
El PSOE engrasa la maquinaria y Moncloa toma el mando, la presencia de Iceta en el complejo ayuda. Dicen, quienes saben, que, pese a la proximidad geográfica, «Ferraz y Moncloa están más lejos». En todas estas operaciones son importantes los hombres y mujeres de partido dispuestos a participar en la estrategia, la marque quien la marque. Jose Manuel Franco ha subido de categoría y se asoma a un Ministerio cuando toque. La nueva política se llenó de personajes que proclamaban que tenían una vida anterior y una posterior y la experiencia nos dice que se agarran como garrapatas a sillones y cargos aún a costa de perder vergüenza y principios.
Por eso son esenciales los que sienten y viven los colores y la ideología, los que conocen las travesías del desierto y lo que cuesta gobernar. Franco es un político de los que aprovechan las oportunidades, lustran los escaparates y ejecutan las estrategias con habilidad. Sus días en la Delegación del Gobierno han sido de tensión política, de responsabilidad y como brazo ejecutor de la estrategia que emanaba de Moncloa. Lo ha hecho en su doble condición de Delegado y líder del socialismo madrileño y lo ha desarrollado con la corrección y disciplina que se exige a un hombre de partido.