El «chivatazo» de Villarejo en el caso del CNI: «Aviso de que iban a por él»
La agenda del comisario revela que tuvo acceso a una investigación de carácter secreta
El 27 de julio de 2016, el comisario José Manuel Villarejo permanecía imputado por la grabación de una reunión entre agentes de la Policía y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que después fue difundida por la prensa. Y ese día el presunto cabecilla de lo que Anticorrupción califica como «clan policial mafioso» apuntó en su agenda que había alertado a un inspector de Policía, sospechoso de haber filtrado el audio, de que el juez y la Unidad de Asuntos Internos de la Policía le seguían los pasos.
«Aviso de que iban a por él», escribió Villarejo, en referencia al inspector José Ángel Fuentes Gago, a quien según el escrito le «chivó» que era uno de los sospechosos de haber filtrado el audio del encuentro con el CNI.
Se trataba de la grabación de una reunión celebrada el 20 de octubre de 2014 entre el entonces jefe de la Unidad de Asuntos Internos Marcelino Martín-Blas y unos agentes del CNI a los que iba a informar sobre la investigación en curso sobre Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como «el Pequeño Nicolás».
La Policía sospechaba que el inspector Fuentes Gago podía haber participado en la difusión de la grabación, por lo que reclamó al magistrado Arturo Zamarriego que reclamara a la Dirección General de la Policía que le facilitara el contenido de los correos oficiales de este agente.
La anotación muestra, además, que el comisario jubilado había tenido acceso a una diligencia «secreta», que el Juzgado había notificado el mismo 27 de julio al jefe del Área de Informática de la Policía, especifica una cédula de citación judicial.
En el cuaderno manuscrito, que fue requisado por los agentes de la Unidad de Asuntos Internos que realizaron el registro de las viviendas de Villarejo tras ser arrestado en noviembre de 2017, el comisario también escribió que había «avisado» al ex director adjunto operativo (DAO) de la Policía Eugenio Pino, imputado en el «caso Kitchen», de que «estaban pidiendo correos oficiales» vinculados con los hechos.
También le comunicó, indica la agenda de José Manuel Villarejo, que los agentes encargados de las pesquisas habían acudido al Centro de Protección de datos de la Dirección General de la Policía que se encuentra en «El Escorial» (Madrid) para reclamar sus correos electrónicos.
En la misma hoja en la que Villarejo alude a su chivatazo, el comisario asegura que «Chisco», en referencia al entonces secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, también investigado, está «muy preocupado con la situación». En otra anotación el comisario escribe que Martínez está «muy afectado» por el tema, al mismo tiempo que «reprocha a Pino» que presentara a Martín-Blas como un «hombre de absoluta confianza».