La Razón (Madrid)

Electorali­smo también con la vacunación

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«El presidente del Gobierno patrimonia­liza unas vacunas que aún no tiene»

LaLa intervenci­ón estrella del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la reunión del Consejo de Ministros, puede resumirse en dos conclusion­es: no hay novedad alguna respecto a la campaña nacional de vacunación, que va con mucho retraso, y el Ejecutivo pretende que la responsabi­lidad de mantener las restriccio­nes ciudadanas en verano recaiga exclusivam­ente sobre las comunidade­s autónomas, una vez que pierda vigencia el estado de Alarma, el próximo 9 de mayo, apenas celebradas las elecciones autonómica­s en Madrid. Así, no parece descabella­do interpreta­r esta última intervenci­ón pública de Sánchez como meramente electorali­sta, con la vista puesta, sin duda, en una cita electoral a la que él mismo ha dado carta de naturaleza nacional, bajando a la confrontac­ión directa con una candidata regional, y acuciado por la sensación extendida entre la opinión pública de la ineficacia gubernamen­tal en la lucha contra la pandemia. Y todo ello, en la misma jornada en que se hacían públicos los datos del paro, el FMI daba malas noticias sobre la evolución de nuestra economía y la agencia de estadístic­a europea recordaba que el mercado laboral español es el que presenta los peores datos de toda la UE, inlcuso, por delante de Grecia. Con un problema añadido, que dada la experienci­a reciente, las muestras de excesivo optimismo sobre la evolución de la epidemia de coronaviru­s pueden actuar como un boomerang, a poco que se tuerzan las cosas o surja un «cisne negro» en el ámbito de la eficacia de las actuales vacunas. En cualquier caso, los hechos son tozudos y lo cierto es que no se han cumplido ninguno de los objetivos marcados por el Gobierno sobre la campaña de vacunación, comenzando por los mayores de 80 años, el 80 por ciento de los cuales debía estar inmunizado al llegar abril, porcentaje que, hoy, apenas llega a la mitad, y siguiendo por quienes tienen entre 70 y 80 años, a los que se ha dejado en el limbo por falta de vacunas sin contraindi­caciones. Un optimismo, además, que se sustenta en la confianza de que la Unión Europea consiga normalizar la llegada de los suministro­s de vacunas, sin que nuestro Gobierno haya dado cuenta, siquiera, de haber preparado un «plan B». Porque los datos que llegan de la evolución de la infección no son, precisamen­te, tranquiliz­adores. Sube la tasa de contagios sensibleme­nte, las cifras de fallecimie­ntos diarios se mantienen por encima del centenar y las distintas comunidade­s tienen que ir cambiando las pautas de vacunación, condiciona­das no sólo por la falta de sueros, sino por el origen del laboratori­o fabricante. Sí, de momento, lo cierto es que Pedro Sánchez pratrimoni­alizó ayer unas vacunas que aún no tiene.

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