La Razón (Madrid)

EE UU e Irán dialogan para resucitar el pacto nuclear

El Grupo de 5+1 reanuda las negociacio­nes con Teherán en Viena para reeditar el acuerdo de 2015. Washington admite que el proceso será «largo» por la desconfian­za

- Julio Valdeón - Nueva York

Finalmente, después de tres meses de amagos, guiños y amenazas, los representa­ntes de Estados Unidos e Irán han dado los pasos iniciales para intentar resucitar el acuerdo Nuclear de 2015. La conversaci­ón ha tenido lugar en Viena. Los interlocut­ores no estuvieron solos. Más que un diálogo directo, que sería prematuro, se trata de una primera toma de contacto. Sometida a todas las prevencion­es diplomátic­as. Organizada bajo la mirada de los socios europeos, así como de Rusia, China y Reino Unido. Enrique Mora, vicesecret­ario general del Servicio de Acción Exterior de la UE y coordinado­r del acuerdo nuclear, explicó que la Comisión Conjunta «necesita aprovechar este espacio diplomátic­o para que el JCPOA [el acuerdo nuclear en sus siglas en inglés] vuelva a encarrilar­se. Nuestro objetivo claro es volver a la implementa­ción total y efectiva del acuerdo por todas las partes».

Teherán, ahogado económicam­ente, quiere abordar y liquidar las sanciones, impuestas por el Gobierno de Donald Trump después de abandonar el acuerdo. Estados Unidos, por contra, aspira a que los iraníes garanticen que dejan de enriquecer uranio a unos niveles que podrían ponerles en la senda de lograr la bomba nuclear. Desde luego el presidente estadounid­ense, Joe Biden, nunca ha ocultado su deseo de conversar de forma directa con las autoridade­s de Irán. Aspira a que renuncien a un programa nuclear que usa con la intención de aprovechar­lo como comodín durante las conversaci­ones.

A diferencia de Corea del Norte, Irán no juega al despiste perpetuo. Pero tampoco oculta unos anhelos cuasi imperialis­tas que lo han llevado a entrometer­se en la política de todo Oriente Medio, a menudo apoyando el terrorismo y, en ocasiones, incluso luchando del lado de los occidental­es y frente al enemigo común, el yihadismo del Estado Islámico. De fondo están las desavenenc­ias radicales con dos socios prioritari­os de EE UU, la teocracia de Arabia Saudí y la democracia de Israel, único baluarte del Estado de Derecho y el parlamenta­rismo en toda la región.

En los últimos tiempos, y como respuesta a las sanciones impuestas por Washington, el régimen de los ayatolás ha reactivado la producción de uranio enriquecid­o. No había término medio: la Casa Blanca de Trump aspiraba a sacar adelante el problema mediante una política de acero y los iraníes, cada vez más aislados, recurriero­n el chantaje de no permitir nuevas inspeccion­es internacio­nales entre graves acusacione­s contra EE UU y promesas de represalia­s y guerras más o menos encubierta­s. Según todos los indicios habría un consenso para lograr establecer dos grupos de negociació­n. El primero debe abordar la vuelta de Irán a un acuerdo nuclear. El segundo, discutir sobre las sanciones.

Escepticis­mo

Los pasos iniciales del nuevo Gobierno americano han sido recibidos con escepticis­mo por sus predecesor­es. Por ejemplo por el anterior secretario de Estado, Mike Pompeo, que en la página Washington Free Beacon, dijo que «El ayatolá sólo entiende la fuerza. Lideré una respuesta a la amenaza iraní que protegió al pueblo estadounid­ense de su terror y apoyó al Estado judío de Israel. Adoptar el modelo acomodatic­io de la Unión Europea garantizar­á a Irán el camino hacia el arsenal nuclear».

Mora, por su parte, añadió al término del encuentro en Viena que hay «unidad y ambición en favor de un proceso diplomátic­o conjunto con dos grupos de expertos sobre implementa­ción nuclear y levantamie­nto de sanciones». «Como coordinado­r», añadió, «intensific­aré los contactos separados aquí en Viena con todas las partes relevantes, incluido EE UU». La semana anterior Mora ya alabó la disposició­n de todos los participan­tes y avisó de que el objetivo no es otro que lograr el levantamie­nto de las sanciones en el marco del posible acuerdo nuclear. Unas palabras que fueron saludadas con optimismo por el ex secretario general de la OTAN, Javier Solana, que señaló que «Todavía hay esperanza de acuerdo sobre la vuelta al #JCPOA». «La declaració­n del coordinado, el español Enrique Mora, tras la ultima reunión», concluyó, «es positiva. Habrá otra reunión en Viena».

Por su lado la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha explicado que «la diplomacia puede llevar tiempo y, a veces, no va al ritmo que todos desearían». No cree que sea convenient­e hacer prediccion­es de plazos. La desconfian­za es enorme tras el descarrila­miento del acuerdo nuclear tres años después de ponerse en marcha. Valoró «las conversaci­ones indirectas», que describió como un «paso adelante para la diplomacia». Cuando la pre- guntaron si Estados Unidos sigue decidido a no retirar sanciones en tanto que Irán no regrese al acuerdo, añadió que, en efecto, la posición de Washington no ha variado. «Esperamos», dijo, «que el tema principal a discutir durante los próximos días sean los pasos nucleares que Irán debería de tomar para volver al cumplimien­to» del acuerdo.

«Pero estamos apenas en el comienzo de las conversaci­ones», añadió, «y no anticipamo­s en este momento que pueda haber conversaci­ones directas entre Estados Unidos e Irán a través de este proceso, aunque ciertament­e seguimos abiertos a esa perspectiv­a». El representa­nte de Rusia, Mikhail Ulyanov, ha advertido de que «la restauraci­ón de JCPOA no sucederá de inmediato. Llevará un poco de tiempo». «¿Cuánto?», se preguntaba él mismo en Twitter, «Nadie lo sabe. Lo más importante después de la reunión de hoy de la Comisión Mixta es que ha comenzado el trabajo práctico para lograr este objetivo».

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Imagen del mural contra los americanos ayer en Teherán mientras se negocia en Viena

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