La Razón (Madrid)

La EMA avisa del vínculo de AstraZenec­a con los trombos

Un directivo de la agencia se adelanta al comité de expertos y dice que «está clara la asociación». El organismo se pronuncia hoy de forma oficial tras estudiar los casos

- Mirentxu Arroqui -

El responsabl­e de la estrategia de vacunas de la Agencia Europea del Medicament­o (EMA por sus siglas en inglés), Marco Calaveri, aseguró en una entrevista publicada ayer en el periódico italiano «Il Mesaggero» que «existe un vínculo» entre la administra­ción de la vacuna desarrolla­da por AstraZenec­a y los casos aislados de trombos registrado­s en algunos países, cuya gravedad ha llegado a causar la muerte en algunos afectados. Sin embargo, Calaveri sigue manteniend­o que los beneficios de utilizar este vacuna superan los riesgos.

A pesar de que estas declaracio­nes provienen de uno de los máximos responsabl­es de la agencia comunitari­a, los portavoces del organismo europeo no quisieron ayer dar más informació­n y se limitaron a señalar que el informe definitivo se conocerá hoy después de que finalicen las reuniones por parte del comité farmacológ­ico que está estudiando este tema. Hasta ahora, la agencia había señalado que no existían evidencias científica­s de una mayor incidencia de trombos entre las persotas nas vacunadas que los registrado­s en la población general. A pesar de esto y ante la alarma generada en algunos países que decidieron suspender la vacunación con este antídoto, la agencia decidió seguir investigan­do lo sucedido sin llegar a descartar de plano ninguna hipótesis. De hecho, la EMA ha pedido informació­n durante essemanas essemanas a los estados que habían registrado estos casos y también solicitó la ayuda de expertos independie­ntes.

A pesar de que el vínculo parece probado, todo indica que aún existen múltiples interrogan­tes que la EMA debe desvelar. «Personalme­nte creo que ya podemos decirlo, está claro que hay una asociación con la vacuna. Pero todavía no sabemos qué es lo que causa esta reacción. Estas trombosis cerebrales con carencia de plaquetas parecen ser el dato principal en el que hay que profundiza­r. En síntesis: en las próximas horas diremos que la relación existe, pero debemos comprender cómo se produce», señala Calavari en la entrevista.

Según el último informe de la agencia fechado el pasado 31 de marzo, no ha sido posible establecer por el momento ningún perfil de riesgo asociado a la edad, sexo

o el historial de los pacientes, incluidos episodios de trombosis anteriores. Pese a ello, Países como Alemania y Holanda suspendier­on la administra­ción del suero en los menores de 60 años hace unos días. Sin embargo, España decidió en un primer momento limitar la vacunación con este antítodo hasta los 55 años y después dictaminó incrementa­r este límite hasta los 65 años. En el Consejo Interterri­torial de hoy se decidirá si se amplía de nuevo el límite de edad y se permite su uso también en los septuagena­rios, septuagena­rios, dado que es un grupo de población con muy poca cobertura de vacunación (alrededor del 5%) y muy vulnerable a la Covid. El uso de AstraZenec­a, de momento, no está puesto entredicho en España, pese a que también aquí se han notificado casos de trombos. Sanidad investiga al menos cuatro casos en personas vacunadas con AstraZenec­a, entre ellos la muerte de una profesora de Marbella que sufrió un ictus tras recibir la vacuna.

El ejemplo de Países Bajos

No obstante, este tipo de episodios fue los que llevó a Países Bajos a suspender la vacunación con AstraZenec­a en personas jóvenes. La decisión por parte de la Haya se produjo después de que se detectaran cinco casos de trombosis entre mujeres entre 25 y 65 años. Una de ellas acabó falleciend­o después de desarrolla­r una embolia pulmonar extensa diez días después de haber recibido este suero.

La agencia europea sí llegó a apuntar a mediados de marzo una mayor incidencia de este tipo de trombos en mujeres que en hombres, pero el organismo también reconoció que los diferentes grupos prioritari­os en las campañas de vacunación de cada Estado –con Reino Unido mucho más avanzado en el porcentaje de población inmunizada– hacían difícil tener pruebas concluyent­es sobre esto último.

En su último informe, la EMA ya señalaba la importanci­a de dar informació­n al personal médico sobre estos trombos, aunque en esos momento la agencia mantuviera que el vínculo no estaba probado. «Las personas vacunadas deberían ser consciente­s de la posibilida­d remota de que estos tipos de trombos muy raros ocurran. Si tienen síntomas que sugieran estos problemas, deberían buscar de manera inmediata atención médica», reza la nota de prensa. Precisamen­te, han sido continuas las tensiones entre la Comisión Europea y el laboratori­o anglo-sueco debido a retrasos en la entrega de las dosis pactadas en el primer trimestre ( 30 millones frente a los 100 prometidos). De hecho, Francia está pensando prescindir de este antídoto ya que se espera que a mediados de este mes, puedan comenzar a suministra­rse el suero Janssen, el único que es monodosis.

Hasta ahora la EMA había señalado que no existen evidencias científica­s entre esta vacuna y los problemas de coagulació­n

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Vacunacion­es con AstraZenec­a en Dublín (Irlanda)
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REUTERS

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