La Razón (Madrid)

De Grecia a Mountbatte­n

«No estoy interesado en lo que se ponga en mi tumba. No me tomo tan en serio a mí mismo», dijo el príncipe a su biógrafo

- Amadeo-Martín Rey y Cabieses

La familia del Duque de Edimburgo fue afectada por las guerras, exilios y revolucion­es que Grecia y el área balcánica sufrieron en el siglo XX. Su padre, Andrés de Grecia y Dinamarca, hijo de Jorge I y de la gran duquesa Olga Constantin­ovna de Rusia, no andaba bien de dinero. Su excéntrica madre, Alicia de Battenberg, fue internada por problemas mentales cuando Felipe contaba sólo nueve años. Esto y el que Andrés decidiese quedarse en Francia, facilitó su temprana vinculació­n con Inglaterra, siendo educado por su abuela Victoria de Milford Haven y por su tío Jorge de Milford Haven.

Felipe tuvo cuatro hermanas, que casaron con príncipes alemanes. Margarita, con Godofredo de Hohenlohe-Langenburg, Teodora con Bertoldo de Baden, Cecilia con Jorge Donato de Hesse, y Sofía primero con Cristóbal Ernesto de Hesse-Kassel y luego con Jorge Guillermo de Hannover. Salvo Bertoldo, que regía el colegio de Salem donde Felipe entró en 1934, todos sus cuñados eran bisnietos de la reina Victoria. Felipe y sus hermanas eran tataraniet­os de dicha soberana, como Don Juan Carlos y Doña Sofía. En Salem, sus burlas al saludo hitleriano le costaron a su cuñado ser llamado al orden. La escuela fue cerrada por los nazis y Felipe se trasladó a la británica de Gordonstou­n.

Su infancia la pasó en París acogido por María Bonaparte, discípula de Freud, casada con Jorge de Grecia. Muy adinerada como nieta del fundador del casino de Montecarlo, fue un ángel para su familia. En 1938 Felipe asistió en Atenas a la boda de Pablo I y Federica, padres de Doña Sofía. Su tío, Lord Louis Mountbatte­n de Birmania, asesinado en 1979 por el IRA, fue su tutor tras la muerte de Jorge de Milford Haven. Felipe se alejaba de Grecia, donde no se había criado, que había condenado a muerte a su padre y donde su abuelo Jorge I había sido asesinado en 1913. Se alistó en la Royal Navy y conoció en 1934 a su futura esposa en la boda de Marina de Grecia con el Duque de Kent y se volvió a encontrar con ella en Darmouth en 1939. Desde 1941 se empezó a hablar de un posible noviazgo entre Felipe e Isabel. Años antes, la tragedia afectó a Felipe por el fallecimie­nto de su hermana Cecilia en 1937, junto a su marido, suegra, y dos de sus hijos, Luis y Alejandro de Hesse, en un accidente de aviación. Juana, hermana de éstos moriría en 1939 de una meningitis. En 1944 su padre, Andrés, fue encontrado muerto en su habitación del Hotel Métropole, de Montecarlo.

Las princesas inglesas solían encontrar marido en las cortes alemanas. La Segunda Guerra Mundial lo dificultó. Por eso un príncipe griego de ascendenci­a británica y con buena planta era muy adecuado para esposo de la futura Reina de Inglaterra. El 28 de febrero de 1947 renunció a sus títulos griego y danés. El gobierno británico prohibió que sus hermanas asistieran a su boda por ser alemanas y por la vinculació­n de una con el nazismo. Pero sí acudieron a la coronación de Isabel II en 1953. El hecho de que la Reina fuera una mujer, causó controvers­ias acerca del apellido dinástico. En el Reino Unido han reinado los York, Lancáster y Tudor, ramas rivales de la misma familia, los Anjou o Plantagene­t, Estuardo y Hannover. El enlace de la Reina Victoria con Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha dio ese nombre a la dinastía, pero Jorge V lo cambió a Windsor para evitar, en plena Primera Guerra Mundial, el uso de un apellido alemán. Dejaron asimismo su condición de Duques de Sajonia y Príncipes de Sajonia-Coburgo-Gotha.

Lo mismo pasó con otros príncipes alemanes «britanizad­os» como los Battenberg -antes Hessetradu­cidos Hessetradu­cidos al inglés como Mountbatte­n que recibieron títulos del Reino Unido como Marqueses de Milford Haven y Carisbrook­e, Condes de Medina y Berkhampst­ed, Vizcondes Alderney y Launceston o Vizcondes y luego Condes Mountbatte­n of Burma. Los alemanes Duques y Príncipes de Teck -rama morganátic­a de los Württember­gpasaron a ser Marqueses de Cambridge, Condes de Eltham y Athlone, Vizcondes Northaller­ton y Trematon. Víctor de Hohenlohe-Langenburg, hijo de una hermana de la Reina Victoria, pasó a ser Conde de Gleichen. Alicia de Battenberg, madre de Felipe, estaba casada con Andrés cuando el monarca británico cambió los Battenberg a Mountbatte­n. Sin embargo, en el anuncio del matrimonio de Isabel y Felipe, éste fue llamado «teniente Felipe Mountbatte­n». Finalmente, se decidió que los descendien­tes de Isabel II que no fueran Alteza Real -o incluso siéndolo, si necesitase­n usar apellido- o sus descendien­tes femeninas que contrajera­n matrimonio,seapellida­ríanMountb­atten-Windsor. Así, cuando el Príncipe de Gales reine seguirá haciéndolo la Casa de Windsor y sus nietos llevarán el apellido Mountbatte­n-Windsor.

En cierta ocasión Felipe contestó a su biógrafo Tim Heald, que le preguntaba qué epitafio querría para su sepultura: «No estoy realmente interesado en lo que se ponga en mi tumba. Estaré muerto para entonces y nada preocupado por lo que la gente pueda pensar. No me tomo tan en serio a mí mismo».

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain