¿Fin de la ambigüedad estratégica?
La invasión de la isla por parte de China ha dejado de ser un escenario remoto y los críticos piden revisar la tradicional ambivalencia
No son suficientes las sanciones. China vuelve a amenazar la supervivencia de Taiwán y en EE UU crece el clamor de quienes entienden que la Casa Blanca no hace lo suficiente. Sobre todo mientras Pekín renueva la tensión con nuevas demostraciones de fuerza sobre unas aguas y unos cielos reclamados por las dos naciones. Washington, por su parte, mantiene su histórica ambigüedad estratégica respecto a la propia existencia de la nación de 35.000 kilómetros cuadrados, reclamada como propia por la China continental desde 1949.
Estados Unidos, que contempla con creciente preocupación la beligerancia china, ha respondido enviando el USS John McCain a patrullar las aguas internacionales. Las inquietudes las había verbalizado hace apenas dos semanas el almirante en jefe de la Flota en el Pacífico, John Aquilino, cuando en el curso de una comparecencia ante el Senado explicó que resulta cada vez más plausible que Pekín invada la isla. «Mi opinión es que este problema está mucho más cerca de nosotros de lo que la mayoría piensa, y que tenemos que afrontarlo», dijo. Este mismo miércoles el portavoz del departamento de Estado, Ned Price, enfatizó durante una rueda de prensa el compromiso de su país con Taiwán. Un país al que apoya de forma militar y comercial pero con el que mantiene una relación que los más críticos consideran excesivamente ambivalente. «Por supuesto, hemos tomado nota con gran preocupación del patrón de sucesos y de los intentos de intimidar en la región», añadió, para luego explicar que los compromisos adquiridos entre los dos países obligan a EE UU a «resistir cualquier recurso a la fuerza u otras formas de coerción que pongan en peligro la seguridad o el sistema social o económico de la gente de Taiwán».
Respecto a la presencia del USS John McCain en la zona, el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, ha subrayado que tampoco es nada fuera de lo habitual: EE UU envía periódicamente sus buques de guerra a distintas partes del mundo para dejar muy claros sus compromisos con sus socios y con el orden internacional. Kirby crítico el oscurantismo chino respecto a Taiwán, «sin duda, agradeceríamos una mayor transparencia tanto sobre sus intenciones», recordó que nadie quiere una guerra y repitió que su país las operaciones como la que lleva a cabo el se corresponden con la intención de Washington de «enviar un mensaje acerca de cuán firmemente creemos en el derecho internacional y en la libertad que tienen todas las naciones para navegar, operar y volar de acuerdo con ese derecho internacional».