Racismo en EE UU: no es ignorancia, ni odio, sino política
El racismo continúa marcando la historia de aquel país. Las razones las desentraña Ibram X. Kendi en este libro imprescindible
Tras Obama, muchos enunciaron el inicio de una era postracial... pero no fue así. El pensamiento racista, más sofisticado que nunca, continúa arraigado en la sociedad estadounidense. Esta historia, ganadora del National Book Award, nos explica de un modo tan documentado como crudo la forma en que se forjaron, difundieron y enraizaron los prejuicios racistas sobre determinados sectores de la población y de la que casi todos los grandes pensadores del país son cómplices.
Kendi, profesor de Historia y RRII en la American University, subtitula su libro «La historia definitiva de las ideas racistas», y sus conclusiones nos dejan mudos en tanto que narra la génesis completa de las ideas anti-negras y su asombroso poder a lo largo de la historia de EE UU. Estructura el libro en torno a cinco guías que son sospechosos habituales e inusuales: el ministro puritano del siglo XVII Cotton Mather, el padre fundador Thomas Jefferson, el abolicionista del siglo XIX William Lloyd Garrison, el autor y activista WEB Du Bois y la radical de los años 60 Angela Davis. El autor argumenta que tales ideas no surgieron de la ignorancia ni del odio. Fueron creadas para justificar políticas discriminatorias. El título del libro está extraído de un discurso pronunciado, en el Senado de EE UU, en 1860 por el senador de Mississippi Jefferson Davis, quien anunció que la «desigualdad de las razas blanca y negra» estaba «estampada desde el principio». Pero el trabajo de Kendi se centra en la exploración de esas disparidades sistémicas y gira en torno a dos cuestiones. La primera es: ¿qué están haciendo mal «los negros»? La segunda: ¿Qué estamos haciendo «nosotros» con ellos? El libro identifica estos campos como «segregacionistas» –los que atraen la mayoría de las críticas–, que han «culpado a los afroamericanos por las diferencias raciales», y los «asimilacionistas», que asumen que la cultura afroamericana es supuestamente «patológica» y, por tanto, inferior. inferior. Kendi acepta que la raza y el racismo fueron realidades conceptuales que surgieron y fueron parte integral del mundo moderno. No eran aberraciones ni lamentables vestigios históricos de una época menos ilustrada. De ahí que la necesidad de degradar a los africanos a un estatus subhumano llevase a la idea de la raza como ese algo que los descalificaba del estatus humano.
El racismo existe. Y es deseable que lo combatamos e intentemos cambiar este constructo mental existente por tradición y por nuestra omisión.