La radio grotesca de Crudo Pimento
El dúo presenta en Madrid «7 acúfenos», su nuevo trabajo, que consta de versiones de rancheras, Little Richard y hasta Rocío Jurado
Si la producción de instrumentos y tecnología de sonido fuera una especie de cadena evolutiva que va del Australopithecus al Homo Sapiens, Crudo Pimiento estarían en el momento en que, pese a haber llegado al punto máximo de evolución, simplemente pasas de ella. Ese momento en el que optas por la involución y haces de tu «leit motiv» musical una especie de artesanía tecnificada o tecnología primitiva por elección para hacer canciones que suenen de forma extraordinaria. Inma Gómez y Raúl Frutos presentan en Madrid su último trabajo, un EP titulado «7 Acúfenos» y que componen siete versiones tan diversas como la ranchera de «Canción Mixteca», «Lucille» de Little Richard o «Un clavel» de Rocío Jurado. Todo pasado por el filtro del singular oído de Crudo Pimento.
Un acúfeno es un zumbido, una molestia persistente en el oído que puede hacer la vida imposible. «En cierto modo, es un hilo conductor conceptual. Por una parte, muchos años de gira con los amplificadores al 11 dejan herida acústica. Por otra, de algún modo, no muy meditado ni desarrollado, intentamos llevar esta experiencia de calvario sensorial constante a la producción musical, es parte de la realidad y del mundo auditivo en el que vivimos. Una capa de ruido subliminal sobre sobre canciones perfectamente radiables en FM, pero casi sentenciando desde su concepción que nunca van sonar más que una radiofórmula imaginada, grotesca y propia», explica Raúl, que expone los principios musicales del dúo: «La técnica es que no hay técnica, al menos, no premeditada. La producción musical es un camino de intuición, no termina nunca; con lo que tengas a mano haz lo que imagines y puedas». Ahí caben confrontados instrumentos primitivos y toscos con los últimos avances informáticos. «Pero también puedes tan sólo silbar, o percutir con tus muelas dentro de la boca cerrada o simplemente permanecer en silencio; el silencio es tensión». Y ¿qué les sugiere Rocío Jurado? «Un torrente de energía nuclear, una explosión, una catedral», dice Raúl.