L’Abbraccio, respiro culinario en el corazón de Madrid
Con más de 30 años de experiencia, el restaurante L’Abbraccio se presenta como el espacio ideal para la pandemia, gracias a su horario continuado y a su amplia terraza exterior
EspaciossegurosyalairelibreEspaciossegurosyalairelibre son los lugares que prioriza actualmente el comensal cuando decide sentarse a la mesa de un buen restaurante. Porque la materia prima de calidad, así como un buen servicio, son requisitos que nunca han dejado de ser importantes. Todos esos ingredientes son los que cumple a la perfección el restaurante madrileño L’Abbraccio, situado en el número 51 de la Calle del Poeta Joan Maragall (antiguo Capitán Haya), en el corazón de la capital. En este restaurante, a pesar de contar con la friolera de más de 30 años de experiencia, se respira la pasión, el rigor por el trabajo bien hecho y el amor a la gastromonía de la dirección y todo su equipo.
Las circunstancias actuales marcadas por la pandemia de la Covid-19 han hecho que el restaurante opte por un horario continuado desde las 13.00 hasta las 23.00 horas, lo que garantiza la posibilidad de disfrutar de un buen servicio de comidas y cenas, pero sin la obligación de estar atados al reloj. Además, su amplia terraza exterior, muy bien resguardada para los días más fríos y perfectamente adaptada para aprovechar al máximo las horas de luz, se convierte en el escenario idóneo para disfrutar de una agradable comida o cena, así como un aperitivo o un afterwork con todas las garantías de seguridad, pues está demostrado que los espacios al aire libre resultan los más seguros frente al SARS-CoV-2.
Una vez sentados a la mesa, las opciones culinarias resultan de lo más atractivas, siempre basándose en una cocina de mercado con tintes mediterráneos, ya que su chef apuesta por combinar la cocina tradicional de la abuela de sabores mediterráneos con una cocina de autor con toques vanguardistas muy bien adaptados.
Aunque existen platos del día en función de las opciones del mercado,lacartadeL’Abbraccio casi nunca defrauda, pues hay alternativas para todos los gustos y preferencias. Entre los entrantes merece la pena decantarse por las berenjenas crocantes con miel de caña y piñones, así como sus croquetas especiales o la tarrina de foie casero macerado al armagnac y vino de Pedro Ximénez. No defrauda el arroz caldoso a base de pescado y mariscos, mientras que los carnívoros disfrutarán con los carpaccios más especiales, como el de avestruz o cocodrilo, sin olvidar el solomillo de buey o las chuletitas de cordero. Por su parte, quien prefiera pescado puede decantarse por el tartar de atún rojo o el rodaballo salvaje a la parrilla, aunque las especialidades de la casa son el rabo de toro y los callos a la madrileña. Y hay que dejar hueco para el postre, pues resultan deliciosos.
LA TERRAZA EXTERIOR
PERMITE AL COMENSAL DISFRUTAR DE LA MEJOR GASTRONOMÍA CON TODA SEGURIDAD